Por Natalia S. Castrege.- Pasamos la mayor parte de nuestro día trabajando, por eso, propiciar un buen clima laboral es fundamental para estar bien en nuestro día a día.
Nadie quiere pasarla mal, y todos sabemos, en mayor o menor medida, cómo puede afectarnos ese malestar en todas las áreas de nuestra vida.
Tener una relación cordial con nuestros compañeros, poder relacionarnos y colaborar, sentirnos motivados y entusiasmados por nuestra tarea, nos ayudará dentro y fuera de nuestro trabajo, a ser más productivos, más creativos, más eficientes, a tener mejores ideas y transmitirlas, a crecer profesionalmente.
Estos son algunos consejos que están basados en mis experiencias de trabajo y coaching laboral:
1) RESPETAR EL ESPACIO PROPIO Y AJENO
A veces contamos con un espacio propio y otras veces compartiremos, más, o menos espacio, más, o menos privacidad, pero siempre tendremos que reparar en algunas cuestiones como:
Comodidad y creatividad: En cuanto a tu espacio, si podés, intentá sumarle objetos y detalles que te sirvan y te ayuden a estar cómodo/a, confortable. Una buena silla, la computadora a una altura que te permita estar en una buena posición, un portalapicero, un cuaderno o varios, tu taza, mate, unas fotos o un cuadro, buenos aromas. Esto siempre cuidando que sea lo más parecido al comedor de tu casa, pero que no se transforme en él. Lo justo y necesario.
Mantener el orden de nuestro escritorio o sector: No dejar basura, limpiar el espacio, organizar. Si tenés la posibilidad de tener tu espacio, cuidálo. Si compartís, tené en cuenta que si todos dejan basura, se convierte en un lugar desagradable. Imagináte todo un caos, olor a basura, teléfono engrasado, el mouse con comida, hormigas en tus cajones. Definitivamente NO.
No invadas los espacios ajenos: Hay algo peor que dejar papeles tirados en tu lugar o escritorio: dejarlos en el del compañero! El escritorio de tu compañero no tiene que ser tu apoya cosas. Siempre pedí permiso antes de ocupar el espacio, teléfono, silla o computadora. He visto descuidos de proyectos importantes traspapelados, torpezas en borrar documentos de un compañero por no consultar, etc.
Comidas y los “olores”: A veces cuando los espacios no tienen suficiente ventilación o estás muy cerca de otros compañeros hay que ser coherente con las comidas que uno decide ingerir. Llega la hora de la comida y vamos a suponer que comerás en tu lugar mientras trabajás, lo cual no te recomiendo, pero a veces no queda otra. Una cosa es comer un sandwich y otra un pescado al horno con ajo y papas que te sobró de anoche. Suena divertido, y lo es, pero vas a oler pescado todo el día y ni hablar si recibís clientes, no es muy “serio” que digamos. No estamos en casa, la oficina o el lugar no puede oler a la “casa de la abuela”.
Cuidar de no levantar la voz demasiado, ni hacer ruidos molestos: Para una buena convivencia debemos mantener los volúmenes. No puedo gritar, hablar fuerte con alguien, hablar por celular o de la vida con un amigo que me llamó, cuando mis compañeros están trabajando. El sonido puede ser muy invasivo para trabajar.
Música: Si tenés la oportunidad de poner tu propia música, tratá de que el volumen no moleste a nadie. Si compartís música pueden acordar entre los compañeros poner diferentes estilos que vayan proponiendo, o alguna radio en común. La música en este caso, debe acompañar, no puede estar a volúmen “habitación de adolescente”.
2) RESPETAR LAS FUNCIONES
¿Qué funciones cumplo, qué comprenden?. En general, suele haber rangos de funciones. Un jefe de área tendrá otras funciones que un supervisor o un empleado administrativo, incluso entre los empleados, las funciones varían. Hay que comprender esto. Nunca lo deberías pasar por alto.
No podés pasar por alto a tu jefe directo, a un compañero que se encarga de un trabajo en concreto. Cada uno cumple un rol, una tarea, por la cual es retribuido. Lo que corresponde y lo que no corresponde tenés que saberlo desde el minuto 1. Salirte de alguna función o no cumplirla, tomar decisiones que no te correspondan, pasar por alto a tu jefe directo, o ignorar a la persona que se ocupa del tema, genera malestar y puede tener otras consecuencias más graves.
3) GENERAR ENCUENTROS Y TRABAJO EN EQUIPO
Si bien muchas veces no dependen de nosotros los “encuentros”, generar una relación buena entre el equipo de trabajo es fundamental. Primero para pasarla mejor las horas que estés, luego, porque se pueden lograr resultados en conjunto que beneficien a todos, como: una mejor producción, mejores ideas, capacidad para solucionar problemas, generar proyectos interdisciplinarios, crear un clima de intercambio y comunicación constante.
También salirse de las funciones habituales y tener espacios de distensión y ocio, es algo que las grandes empresas no pasan por alto. Por ejemplo, incluyendo espacios verdes, juegos, masajes, breaks, fiestas, desayunos, reuniones en equipo. Está comprobado que trabajar relajados y con buen clima, nos hará más eficientes y creativos.
4) NO CREAR NI REPRODUCIR CHISMES NI HABLADURÍAS
He aquí algo de lo que es dificil escapar. Siempre hay para hablar, sean 10, 500 o 10.000 empleados. Es tan culpable el que genera el chisme (que puede ser basado en algo real y concreto… o no), como el que lo reproduce o el que lo trastoca o exagera. Los teléfonos descompuestos ni en tu trabajo ni en la vida sirven. Digamos que somos adultos y realmente “no da” para hacer algo así con alguien. He visto y he vivido la maldad o la indiferencia, que pueden tener algunos compañeros y jefes con otro compañero. En suma, personas que tienen mucho miedo e inseguridad, y que entonces, necesitan maltratar a alguien para alimentar su falso “poder”. Nada de eso llega a buen puerto. Si tenés algo que decirle a tu compañero intentá hablarlo o hacéselo saber de la mejor manera. Si es con un jefe pedile una reunión y encontrá las palabras. Si tu jefe no responde, habla con un superior.
Este tipo de maltrato u otros, bullliyg o como los quieras llamar, son inaceptables en todas sus formas, pero son de lo más comunes lamentablemente. No los permitas.
5) NO COMPARARSE CON EL COMPAÑERO
Recordá que vos valés por lo que hacés y lo que sos, mirar para el costado para criticar o exigir, no tiene sentido. Algo que aprendí en años de trabajo fue que cada uno tiene que tener su propio arreglo y sus funciones bien claras. Reconsiderar, crecer, avanzar, exigir, siempre se puede. Pero si vas a pedir algo, que sea mirando “tu” trabajo, el que vos hacés, “tu desempeño”, y teniendo tus fundamentos para hacerlo.
Natalia Solange Castrege