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Home » Artículos » A duras inclemencias, raices clementes

A duras inclemencias, raices clementes

Por José Antonio Cordero.- Las raíces además de nutrir sirven también para mantenerse estable ante las adversidades, ante fuertes vientos e incluso ante despiadados huracanes. El ‘árbol’ que se olvida que tiene que seguir creciendo hacia dentro y solo se entusiasma con los frutos que está creando y ser el más presumido del grupo, podría tener un disgusto irreparable si llega un fuerte viento y lo arrastra por las imprevisibles corrientes de las inclemencias.

Suele responsabilizarse al Creador de crear situaciones dolorosas, momentos dramáticos o catástrofes. Esa forma de pensar y responsabilizar a otros y al mismo Creador, no es más que una muestra de desconocimiento de cómo funciona la Ley Natural, así, tirar la piedra al cielo y que luego caiga en la cabeza sería también obra del creador por haber creado la ley de la gravedad, pero el dañado no reconoce su grave visión.

Ya estamos viendo que no somos tan libres como creíamos y nos obligan a seguir unos patrones, aunque muestren ineficacia y lo peor sería desgracia colectiva. Formamos parte de la conciencia colectiva y las cosas que suceden en el colectivo también podrían dañarnos si no hemos sido precavidos.

El árbol que creció pensando más en sus raíces que en sus frutos fue muy inteligente y precavido. Y eso no es egoísmo, porque quien más tiene dentro más puede dar fuera. Las carencias internas también pueden ser generosas al dar pan para hoy, pero son incapaces ante el hambre de mañana.
Según grandes expertos en astrología védica del 17 de septiembre al 19 de octubre habrá situaciones ‘raras’ por no decir duras, y será un momento de profunda transformación espiritual para el mundo. Casi todos los planetas transitarán por su propia casa (posición astrología).

Las inclemencias (situaciones adversas) deberían tomarse como un espejo de aquello que fuimos y que nos muestra aquello qué somos y hacia donde deberíamos reconducirnos.
Rigor, dureza, adversidad, crueldad, severidad o inflexibilidad son obstáculos del camino humano. Ante ello, antes que echar piedras fuera o ponerlas al vecino o compañero, deberíamos mostrar la mayor comprensibilidad posible. Esta visión viene dada por la altura humana, por la visión interior que cubre un espacio mucho más grande que el espacio que ven los ojos. Las raíces proporcionan todo cuanto necesitamos y necesitaremos para el futuro.

Ante las Inclemencias raíces clementes. La clemencia es simplemente Compasión, cualidad humana que se retroalimenta de puro Amor. La compasión se alimenta de la fuente de donde procede. El espejo que nos muestra la vida para nuestra regeneración espiritual no deambula por los pensamientos, filosofías, ideologías o ciencias modernas, nos enfoca hacia el origen, donde aparece nuestra fortaleza en la Compasión o capacidad de poner rosas donde hubo espinas. La cosas ‘raras’ aparecen por conflictividad con la Ley Natural y desaparecen cuando hay conexión con la fuente que nos creó.

Ahora entremos en esa parte del espejo llamado egocentrismo, por ejemplo, se pide al juez clemencia, se pide a Dios clemencia, y el juez pregunta ¿fue usted clemente con su víctima, es usted clemente consigo mismo y con los demás? Si no lo eres cómo quieres que yo o el mismo Dios sea clemente con usted. Así nunca aprenderá, y el juez apostillaría: no siga teniendo esa mentalidad infantil de ‘todo es mío’ y que destruye a su antojo cuanto le venga en gana, porque al final llorará y pedirá clemencia al cielo.

Más allá de las circunstancias que tengamos o estén por venir, la Compasión ha de prevalecer siempre porque es nuestra vacuna contra los ataques externos.

¿Por qué no hay Justicia en el mundo? Porque falta clemencia y la clemencia no es una actitud mental. La Justicia nace de la Paz y no es la justicia la crea paz, es imposible, por una simple razón, la clemencia se forja en la Compasión que reside en la raíz. La actitud mental de querer ser compasivo es una forma de pensar, y pensar es una actividad que pertenece al campo usado como consciencia, sea ridícula, poca o mucha. Pensar es el fruto, sea amargo, dulce o buenísimo. Y la Compasión está en el lado opuesto, en la raíz. Pensar está ligado al mundo externo, y atrapado por lo que dice la visión de los ojos y el otro mundo de la compasión está dentro, muy dentro, en el silencio, donde el movimiento parece no moverse, sin embargo nos muestra el mayor horizonte de la vida. Grandes son los océanos que pueden ver los ojos pero más grandes es el mundo Ilimitado que ven nuestras raíces (sistema nervioso purificado) y que nos muestran la mayor realidad de la vida.

A momentos inflexibles, rígidos y duros es mejor usar el espejo del gobierno de la Ley Natural que se basa en la Compasión, Conocimiento Puro e Inteligencia.

La transformación que reconduzca el destino de la humanidad está en la Raíz y no en las creencias, ideologías o fanatismos.

Si el dolor llegó y no tuvimos suficiente capacidad para soportarlo, en ese caso, antes que crear más dolor y peor karma en nuestra propia vida, conviene mantener la calma, y ya aparecerán pequeñas olas que aplaquen el fuego que nos rodea. El contacto con la Compasión más que intencionalidad requiere merecimiento. Merecer no es pedir, es Ser bueno, inteligente, buscador de la verdad. Pedigüeño no encaja con merecedor. Entregarse al inocente buceo a través del sistema nervioso que es purificado (raíz) es la senda del merecimiento.

Saber bucear se logra a través de la Técnica Meditación Trascendental que no admite ningún tipo de control, manejo, autosugestión ni intereses caprichosos por benditos que parezcan. En la Técnica de la Inocencia pura no caben inventos de consciencias tambaleantes que vieron un rayito de luz.

Sepamos estar a la altura en estas semanas cuatro o cinco semanas que vienen. Mantengamos la calma, descansemos tanto como podamos, para que el estrés no nos domine. Comamos aquello que la tierra nos da, porque el cuerpo desordenado se puede ordenar tal como la Compasión se alimenta del profundo Amor, que calladamente está muy dentro y que no necesita del mal uso de palabras necesitas. El Huerto Ecológico nos da alimentos ordenados para que la agitación mental encuentre la calma, para que el corazón encuentre alivio en la invencible Compasión.

Ahora es el momento de vivir en Alianza con la Ley Natural.

Bienvenido sea el espejo que muestre lo mejor de ti y aumente la claridad mental. El espejo duplica la luz, la hace más intensa. Y si al espejo lo salpique el barro, siempre aparecerá un pequeño hueco por donde ver la salida. La Naturaleza es más sabia que nosotros, es totalmente Compasiva y Amorosa de verdad.

La Ley Natural es Invencible. Ninguna tormenta impedirá que el Sol vuelva. Sé el Compasivo Hijo como el Amado Es.

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