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A todas las mujeres del mundo

Por Patricia Expósito Garcia.- Me gusta quién eres y en quién te has convertido, con tus ojeras, algunas canas y esos ojos grandes que escrutan la vida sorbo a sorbo como si no hubiera mañana. A veces se me olvidan las batallas que perdiste y todas las veces que te levantaste, también recuerdo las que ganaste y creciste. Todas ellas lecciones de vida.

He decido recordarte que caerte te ha hecho ser más fuerte y te ha ayudado a encontrarte. La coherencia es valentía y erguirte entre los despojos te hace grande ¿Acaso crees que eso es fácil? No lo es y me siento orgullosa de ver cómo has sido capaz de elevarte y también de darte permiso para estar triste y recuperarte.

La creatividad ante la adversidad ha sido tu gran aliada ¿Recuerdas cuántas cosas hiciste? ¿De qué forma te revelaste para conseguir tus metas? metas que solo dependen de ti, de tu esfuerzo, de tu entereza y persistencia. Tiene mucho valor eso que haces cuando recuerdas todo lo que vales sin necesidad de compararte con nadie o sin depender de nadie. Cuando depositas tu confianza en ti, cuando te entregas a algo mucho más grande, cuanto decides llevar a cabo todo eso que deseas, independientemente de tus miedos, tu situación personal o laboral, o cualquier circunstancia adversa que te rodea. Cuando dices ahora voy con todo, pase lo que pase y no te traicionas porque eso ya no funciona contigo. Decides estar contigo y apoyarte ¿Sabes cuánto valor tiene eso? Significa desprenderte de lo que te ha dicho la sociedad todo este tiempo, tu cultura, tu religión, tu familia, tus amigos. Dices BASTA y lo haces. A eso punto llegaste tú. Y quiero decirte que te quiero así, imperfecta, única, alegre, triste, loca, malhumorada, graciosa, ingeniosa, llorona, auténtica.

Toda esa compasión que hay en ti, toda esa generosidad que regalas al mundo, que exhalas y emanas a la Tierra es parte de tu magia. Veo las tiritas las tiritas que hay en tu corazón, pero también veo que eso no te para, si no que te impulsa y te hace respetuosa con tu propia divinidad y con la de los demás. A eso yo lo llamo puro Amor y tu tienes mucho. Gracias por este viaje, gracias por este recorrido, gracias por estas experiencias, por la sabiduría, por la entrega, por la fe, por tu luz.

A todas las madres, a todas las hijas, a todas las hermanas, a todas las primas, a todas las amigas, a todas las niñas. GRACIAS POR VUESTRA APORTACIÓN AL MUNDO Y POR CREAR EL MILAGO DE LA VIDA.

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