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Acogiendo al miedo

Por Mª Laura Martínez Ramírez.- Conocemos que el miedo nos manipula cuando viene del exterior como medio de control de masas y cuando viene del interior obstaculizando que se manifieste nuestro verdadero Ser, que es el único que puede aportarnos verdadero gozo en esta vida.

También sabemos ya, que guiados por las señales de las emociones su mera aparición nos indica que esa información de exterior o ese pensamiento que lo origina no es apropiado, y hemos de cambiarlo por otro donde nos acerquemos lo máximo que podamos a la ausencia de miedo. Es como un interruptor de la luz, cuando esta se apaga viene la oscuridad, el miedo, y eso mismo nos indica que nos hemos desconectado de la verdadera fuente de luz, de la conexión con nuestro Yo Superior.

¿Qué es la ausencia de miedo? Es cuando hay luz en nuestra vida,

Creemos que la única manera para vencer es la yang, la masculina, la de enfrentarse y combatirlo, incluso la de  aportar otros pensamientos, pero existe otro el femenino ying, el de acogerlo, que permite que entre esa vivencia hasta que en el momento de mayor oscuridad empieza a mutar y vemos clarear todo con la luz de un nuevo amanecer. Es la experiencia que dicen haber sentido tantas personas que han pasado por situaciones en las que la vida los ha llevado a vivir aquello que más temían, tener un hijo con graves dificultades, una enfermedad, una pérdida de trabajo, de ser querido, etc. Entonces, muchos nos cuentan que cuando se acepta, su miedo a eso no ha aumentado, sino que ha disminuido, sintiéndose liberados  pudiendo disfrutar más de las pequeñas cosas, también  que sus prioridades en la vida cambian permitiéndoles  ser menos egoístas,

Cuando éramos pequeños y nos asaltaban pesadillas en mitad de la noche, no eran suficientes las explicaciones que nos daban los mayores sobre la inexistencia de esos fantasmas, porque solo tranquilizaba hasta un punto, necesitábamos entregarnos confiados al regazo materno que acogía tanto a nosotros como a nuestro miedo y era así como podía producirse la alquimia de cambiar este por paz.

Traspasar el umbral del miedo para que mute, es ir hacia él, no huir, es entregarse, no luchar, es entrar por esa puerta donde se dibuja el límite entre el acto voluntario y el dejarse llevar, es un lanzarse al vacío con el solo paracaídas de la esperanza en que éste se abra y te sostenga, permitiéndote volar maravillado de lo que la vida te ofrece. Solo la esperanza que quedó en la Caja de Pandora, y su prima la confianza en que seremos protegidos y guiados nos puede liberar.

Hablemos del miedo a la soledad, ese que tanto cuesta traspasar. En algún momento la vida nos quiere enseñar esa lección, para que en el futuro las relaciones sean más libres, más verdaderas, entonces el ego opera en dirección contraria como es su naturaleza aportando miedo en esos momentos en los que se te impone la soledad, aportando incluso situaciones de ansiedad, de depresión, etc. Entonces buscamos estar con alguien, porque así el ego se calla un rato y creemos por eso, que ahí está la solución, justo en lo contrario de lo necesario, por eso vuelve y vuelve con más fuerza.

Que tal si cruzamos esa puerta, nos lanzamos y nos abandonamos al  temido vacío, agarrados solo por la esperanza de que el Que te Sostiene en esta vida, te permitirá tener vivencias en esa soledad que no te han dado las relaciones de apego de las que intentabas alimentarte. Cuando las vivas sintiéndote con tu Yo Superior a solas, comprenderás donde se encuentra tu verdadera fuente de alimento de luz que disipa el miedo, y tus relaciones serán mejores porque incluirán el compartir y el dar en unidad.

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