Por Susana Merino.- La finalidad de ACT (terapia de aceptación y compromiso), puede desarrollarse a través de cuatro pasos.
– Desarrollar la desesperanza creativa implica bucear en el pasado,desde la raíz, lo que has intentado para solventar y los intentos de desvicularte, a través de la aceptación de las posibilidades, sin identificarte, dejarlo en el sitio que le corresponde, podrás crear oportunidades para poder actuar y experimentarlo de manera firme con lo que realmente importa para ti como individuo a través de los valores, pensamientos y actuación.
– Afrontar las emociones desde una perspectiva respetuosa, amable, abierta y de aceptación, desde el aquí y ahora, a través de la motivación dando un paso fundamental para la transformación emocional.
– Elegir lo que tú quieres sin necesidad de la aprobación de los otros, tomar conciencia de lo prioritario para tu vida y siendo fiel a tus deseos de cómo vivir la vida de forma plena y libre .
– Tomar acción es una forma de comprometerse desde el hacer, haciendo posible que los cambios se produzcan desde el papel protagonista. Se trata de salir y abrir la caja de experiencias, emociones, pensamientos y transformarlo desde esta perspectiva más abierta y sin contaminación ni juicios, el resultado junto con los cambios de patrones desde la toma de conciencia, te llevará a la transformación. El gran viaje de la vida empieza con el primer paso. Estas experiencias y nueva toma de conciencia se superponen e interconectan. Todos los pasos se introducen y desarrollan a través de vivencias directas que son identificadas y puestas en práctica por la persona el trabajo de ACT.
La flexibilidad de esta psicoterapia puede definirse simplemente como «la capacidad de estar presente, abiertos, sin jucios y con aceptación» .
Sabiendo que este día y cada uno de nuestros días, somos y seremos la versión mejor de nosotros mismos, aceptándonos y comprometiéndonos con nosotros mismos. Desde lo que nos merecemos, aceptándonos desde nuestras limitaciones y fortalezas, comprometiéndonos con nosotros mismos desde cada decisión, desde el desapego, la confianza y fuerza que da el tomar conciencia de saber que no podemos evitar que revoloteen los pájaros sobre nuestras cabezas, pero sí que podemos evitar que hagan nidos en ellas.