Durante décadas, se consideró que la Luna estaba completamente seca, pero, tras los estudios realizados en los últimos años, se ha demostrado que la evaluación era incierta; hay agua en los minerales de las rocas lunares. Incluso hay hielo que se mezcla con polvo lunar en las regiones frías de los polos lunares.
Esta agua podría utilizarse con fines de soporte vital, pero también como combustible para cohetes (en forma de hidrógeno y oxígeno líquidos). Por eso, se ha propuesto la Luna como con gran potencial para convertirse en una base de reabastecimiento de combustible durante misiones espaciales.
Se están destinando equipos de investigación y diversos recursos tecnológicos a continuar con este estudio, de forma que mejoremos nuestra comprensión de la historia del agua en nuestro vecino más cercano y se refuercen los planes de regreso a la Luna.