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Alimentación para Meditar

Por Veronica Shaiq.- Las personas que se están iniciando en la meditación o incluso aquellas más avanzadas saben que para alcanzar la meditación y “no solo un estado de relajación”, son necesarios algunos preparativos como buscar un lugar cómodo, agradable que brinde armonía, velitas, inciensos, algún cojín e incluso música, entre otras cosas; nos ayudan a relajarnos, concentrarnos en lo que vamos a hacer y así comenzamos el viaje hacia la meditación. La respiración es el primer paso, aquietar la mente y así nos vamos desprendiendo de la materia; hasta aquí todo bien. Pero alguna vez te preguntaste ¿qué hay sobre la alimentación para meditar?

Muchas veces olvidamos la importancia que tiene la alimentación en nuestro cuerpo, pensamientos, emociones, humor y claramente sobre nuestra salud. Y también lo solemos hacer a la hora de meditar. Esto no significa que la meditación depende exclusivamente de la alimentación pero si es parte de uno de los preparativos que mencioné anteriormente, o al menos debería de serlo.

Cuando comprendo que mi cuerpo, es mi templo, mi lugar sagrado, de refugio interior y exterior, que es el vehículo que utilizo en la tercera dimensión, en la tierra; para realizar mis actividades, para crear, SER justamente un ser humano, y alcanzar mis misiones y propósitos de vida, que sin él no sería posible. Entonces comprendo la importancia de nutrir ese interior a través del exterior, mediante los alimentos que ingiero, los cuales me aportarán vitaminas, minerales, proteínas, grasas, etc., que al descomponerse se transformarán en nutrientes y éstos a su vez en energía o ATP (Adenosina Trisfosfato), la cual estará disponible para cada célula de tu cuerpo y éste podrá usarla para el buen funcionamiento de todos sus sistemas y órganos, por ende te mantendrá saludable. Pero para que todo eso se desarrolle correctamente, necesitas entender que “tu cuerpo es tu lugar sagrado” y que todo lo que ingieres en forma de alimento, cosmética, perfume o inhalas puede beneficiarte o justamente todo lo contrario. Por ello, una manera de honrar ese templo sagrado, tu cuerpo, es dándole alimentos naturales sin químicos o ultraprocesados, de proximidad, temporada y preferiblemente ecológicos. Tomar contacto con ellos, reconocerlos como un regalo del universo para mantenerte lleno de vitalidad y salud.

Los alimentos también tienen un “cuerpo sutil”, por así llamarlo, están rodeados de energía como todos los seres vivos, o sea poseen una frecuencia vibratoria (sencillamente medible con una antena de Lecher), dependiendo del tipo de cultivo, (con o sin agroquímicos), la zona geográfica, el momento de su cosecha (muchas frutas o verduras aunque sean ecológicas son retiradas de la planta cuando aún están verdes y completan su madurez en una cámara frigorífica en vez de en la propia planta, en donde absorben hasta la última bocanada de sus nutrientes), y la persona que las produjo, tendrán una vibración u otra. Parece muy esotérico pero bien sabemos que las energías de otros nos afectan ya sean éstas positivas y alegres nos contagian y también si son lo contrario nos hacen daño, o entramos en una sala o lugar y sentimos energía estancada o negativa y queremos salir corriendo. Entonces ¿porque a los alimentos que también tienen vida, no les sucedería lo mismo? ¡Claro que les sucede lo mismo y nosotros nos llevamos, literalmente, esa energía a lo más profundo de nuestro templo: nuestras células!

Entonces, no solo para meditar sino también para vivir en salud, armonía y bienestar alimentarnos con lo que la madre naturaleza nos brinda, es una gran oportunidad para honrarnos, y honrar a todas las formas de vida.
Dicho todo esto, ¿ahora comprendes la importancia a todos los niveles de una alimentación saludable y con vibraciones de alta frecuencia?
Ya nos lo dijo el Dr. Bruce Lipton, es posible sanar conectándote con tus células, cambiando el ambiente que las rodea, la frecuencia y los estímulos; y los alimentos juegan un papel energético fundamental si lo acompañas con la meditación y viceversa.

Ahora imagina por un segundo si pudieras llevar esa energía directo a las mitocondrias de tus células y producir ATP de perfecta calidad, todos tus órganos estarían en plena salud, tus centros energéticos o chakras estarían en equilibrio, las capas de tu ADN despertarían ni más ni menos que al mayor secreto de la ciencia y la física cuántica: tu registro akáshico.
La meditación puede llevarte a lugares maravillosos, pero también puede ayudarte a sanar y a vivir una vida saludable llena de paz y amor. Depende de ti hacer ese camino en armonía contigo mismo y una parte bien importante es ayudar a esos procesos celulares y energéticos mediante la alimentación.

Si vas a meditar prepárate para ello con los alimentos como lo haces con el incienso o la música. Para ello, te sugiero lo siguiente:

• El día anterior, el mismo día y al día siguiente de la meditación, prueba a comer “alimentos vivos”, que son frutas, verduras, germinados, cereales, legumbres y semillas.
• En esos días prioriza las preparaciones crudas como ensaladas de hojas verdes, col rizada, frutas, crudites, fermentados como el chucrut, etc.
• Las sopas o los potajes son de gran ayuda sobre todo si te cuesta o no puedes comer tantas verduras crudas o si el clima es frio.
• Prepara tu propia comida: corta, remueve, amasa, usa las manos para condimentar, transmítele tu energía. Cocina con música o canta.
• Utiliza métodos de cocción cortos como el vapor o el salteado para cocinar levemente tus alimentos

• Prepárate tus propios panes, con harina integral en lo posible de espelta o kamut, granos que aún no han sido modificados genéticamente. O mejor aún sin gluten.
• Mantente hidratado, con agua de alta vibración o alcalina (en una jarra colocas el agua filtrada o mineral y le agregas un vasito tipo shot de agua de mar o ¼ cdita. de sal de mar integral y unas hojas de cilantro fresco), infusiones y té de kombucha.
• Evita beber alcohol, café, té o mate y bebidas energizantes ya que son excitantes.
• Sustituye los lácteos y yogures por bebidas o leches vegetales
• Prepárate varias botellitas de batidos, smoothies o zumos, (llenos hasta el borde se pueden guardar en la parte más fría éstos son de gran ayuda ya que además de mantenerte hidratado, dan sensación de saciedad y se metabolizan rápido, por lo cual el organismo no usa demasiada energía para digerirlos.
• Evita comer carnes, embutidos, azúcar blanca, lácteos pasteurizados, tortas y helados industriales, estos bajan rápidamente tu frecuencia.
• Aléjate de discusiones o situaciones problemáticas

Verás que si pones en práctica estas sugerencias, no solo te encontrarás mejor, con más vitalidad, energía y buen humor sino que además te convertirás en un imán para atraer energias superiores hacia ti. Que tus meditaciones sean profundas será más sencillo, porque tu cuerpo tendrá “un ambiente limpio, puro, natural, libre de tóxicos”, que solo permitirá que entren cosas positivas.
Las carnes y sus derivados son energías estancadas que bajan tu vibración, también son difíciles de digerir y el organismo emplea mucha de la energía que produce para ello. No significa que no puedes comerla, sino que los evites al menos los días que deseas elevar tu estado meditativo o incluso conseguir llegar a la meditación.
La meditación acompañada de una alimentación con comida de verdad, con ingredientes saludables y vivos marca una gran diferencia, compruébalo tú mismo.
El potencial que tienen los alimentos naturales para darnos todo lo que nuestro cuerpo necesita es extremadamente perfecto. ¡Haz uso de esos potenciales y benefíciate de ellos!

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