Por Cristina Belver.- «Somos lo que comemos, lo que pensamos, lo que creemos y lo que sentimos» yo creo que ya nadie duda de esto.
Uno de los pilares de nuestro bienestar es la Alimentación. La alimentación y el Sistema Inmunológico van de la mano.
De cómo alimentas tu cuerpo, tu mente y espíritu depende tu Sistema Inmune, que a partir de ahora lo escribiré con las siglas SI.
Los cambios de estaciones, el estrés y como lo gestionas, las obligaciones, las relaciones con tu entorno y con los demás, la contaminación ambiental, todo influye en tu SI.
El SI está diseñado para hacer frente a todos los contratiempos que te presenta tu paso por el planeta, si tu SI está deprimido o sea bajo, aparecen los virus, bacterias, hongos y hasta las células de cáncer.
Por el contrario si responde de forma exagerada y destruye los propios órganos y sistemas, aparecen las enfermedades de autoinmunidad, que en su mayoría son crónicas. Tales como lupus, dermatitis, esclerosis múltiple, psoriasis y unas cuantas más.
Tu Alimentación juega un papel fundamental en cómo se encuentra tu SI, afectan tanto el consumo excesivo de calorías como su defecto, por lo tanto el sobrepeso y la obesidad afectarán de forma negativa a tu SI. Además las personas con obesidad serán más propensas a desarrollar enfermedades cardiovasculares, diabetes, etc. También el déficit de calorías como suele ocurrir con dietas desequilibradas van a afectar en la función del SI.
La calidad de los nutrientes que nos aportan los alimentos, es fundamental a la hora de elegir planificar tus comidas, aquí encontramos una gran controversia al respecto, la calidad de los nutrientes van a modificar la microbiota intestinal también, ya sabemos que nuestro segundo cerebro se encuentra en el intestino tema que ya ha demostrado tener un gran impacto en nuestro SI.
Para tener un SI sano que nos ayude a hacer frente a las circunstancias de nuestra vida es muy importante cuidar tu Alimentación.
La naturaleza es sabia y nos ofrece los alimentos según la temporada en que te encuentras, con lo cual si sigues los dictados de la naturaleza y vas consumiendo las frutas y verduras de la estación irás variando tu dieta sin tener que pensarlo demasiado.
Te dejo unas sugerencias que te ayudarán a la hora de planificar tus comidas.
1- Tener en cuenta las calorías que vamos a gastar en el día, ya que el exceso de ellas se van a reservar en forma de grasas para que se puedan utilizar en algún momento de carencia.
2- Los macro nutrientes, carbohidratos, proteínas y grasas deben ser de la máxima calidad.
Carbohidratos como pastas, harinas, cereales integrales, legumbres, frutas y verduras de la estación, ricas en fitonutrientes, fibra alimenaria, mientras menos procesadas y más naturales mejor.
Proteínas de origen animal como el pollo, pavo, pescados blancos y azules,cerdo mariscos, limitando las carnes rojas, si son alimentados de forma natural mucho mejor. Proteínas vegetales como las que encontramos en legumbres ( soja, garbanzos, alubias, lentejas, azuquis) y de los cereales integrales (trigo sarraceno, arroz, quinoa, espelta, amaranto).
Las grasas, muy importantes elegir las de mejor calidad evitando las saturadas, las trans y la de palma; las mejores opciones son pescados azules, aceites vegetales como el aceite de oliva virgen extra, aguacates, frutos secos, semillas, setas y hongos.
Todos estos macro nutrientes de calidad van acompañados de micro nutrientes que aunque se requieren cantidades mínimas no dejan de ser súper importantes como son las vitaminas, minerales, oligoelementos y antioxidantes. Estos nos ayudan a equilibrar el metabolismo y la energía.
Debido al estilo de vida que llevamos y que cada vez afortunadamente vivimos más años considero importante suplementar la alimentación con fitonutrientes de calidad e inmuno moduladores que refuerzan nuestro SI, que llegan a donde nuestra alimentación no llega por diferentes motivos, como no llevar una correcta alimentación o padecer alguna enfermedad crónica.
Nutritips para una alimentación que potencie tu SI
- Alimentación variada
- Hortalizas y frutas de temporada
- Grasas de calidad
- Elige lácteos fermentados como el yogur o el kéfir
- Bebe abundante agua durante el día
- Realiza ejercicio físico de intensidad moderada y con regularidad
- Toma unos minutos al día para meditar
- Duerme suficientes horas
- Evita el estrés, aprende a manejarlo
- Suplementa tu alimentación con nutrición celular e inmuno moduladores