Por Isabel María Campillos Pérez.- Honro mi sangre,
Origen de la vida.
Honro mi útero ardiente,
Placenta donde gesto a mi Ser sintiente conectado al cosmos.
Honro mi feminidad,
Esa que hizo despertar.
Honro la parte sutil que hay en mi interior,
Honro esa parte que me hace niña y anciana a la vez.
Honro mi sexualidad,
Esa parte que me permite disfrutar.
Honro mi sensualidad,
Esa me reconectó con la esencia del tantra y la danza universal.
Que me llevo a exprimir el momento y fundirme en el presente supremo, rey de todos los tiempos.
No rechazo ninguna parte de mi,
Pues hasta la parte más oscura me acerca al éxtasis de la dulzura más pura.
Que mi locura me proporciona la cura en un mundo desviado de la cordura.
Honrando a la mujer que soy y me da la vida, convirtiendo en joyas mis heridas.
Que en cada menstruación florezco ante la adversidad.
Que cada malestar apacigua las aguas de mi ajetreado mar.
Que nadie podrá censurar mi piel.
Que nadie podrá exigir que tape mi dolor.
Porque honrando mi totalidad,
La fragilidad se derrite en fortaleza invencible.
Carácter indomable,
Espíritu resiliente.
Porque siendo consciente de lo bello,
No puedo obviar ningún destello de lo que me chiva a diario mi incansable corazón.
También te puede interesar
Impactantes Experiencias Cercanas a la Muerte
En un mundo lleno de incógnitas y misterios, pocas cosas capturan nuestra imaginación y curiosidad ...