Por Isa Campillos.- Arenas movedizas,
que tragan al ego para que renazca el Ser.
Con su movimiento armonizado,
cargado de sonrisas y gozo.
Para terminar con círculos viciosos,
sentimientos temerosos y callejones sin salida.
Arenas movedizas que recuerdan,
que la salida es hacia dentro,
hacia uno.
Hacia el espíritu que vuela alto,
que sueña en grande y grita,
fuerte.
Fuerte el alma que se siente viva,
que no anestesia para sus heridas,
que las cura con remedios de casa.
De los de siempre,
que sabe que siempre renacerá.
Pase lo que pase.
Que conoce los secretos del cosmos,
para reubicarse en el mundo.
En un mundo en el que el rumbo,
se retoma continuamente.
Arenas movedizas,
que recuerdan que el movimiento es el invento del cuerpo para sentirse joven.
Arenas movedizas,
mueven mis caderas,
hacia la cordillera de mi corazón.
De mi brillo permanente,
como el estribillo de mi canción.