La amenaza de la contaminación plástica en el planeta es cada día más preocupante, por lo que se ha convertido en fuente de inspiración para el desarrollo de tecnologías que la combatan.
En esa misma línea, un equipo de investigadores australianos ha descubierto que, los microbios del estómago de las vacas, podrían ser un potente descompositor de plástico.
Más concretamente se trataría de las bacterias del rumen (uno de los compartimentos de sus estómagos).
Para realizar el estudio se obtuvo líquido del rumen de animales ya fallecidos, extrayendo de él los microorganismos que lo habitan. Después, la microbiota se incubó junto a tres tipos de poliésteres: PET (comúnmente usado en textiles), PBAT (para bolsas plásticas biodegradables) y PEF. Todos se descompusieron de manera rápida y eficaz.
“Las comunidades microbianas han sido siempre subestimadas, pudiendo ser un potente recurso ecológico” anunciaba la líder del estudio en un comunicado de prensa.