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Home » Artículos » Bandera blanca

Bandera blanca

Por José Antonio Codero.- La calidad y cultura de una sociedad es el reflejo de la calidad y cultura de sus habitantes. Los conflictos surgen de la propia mente, da igual que vengan por lucha interior o por estrés acumulado. Es incomprensible que con la evolución que ha dado el hombre a nivel tecnológico aún sea tan infantil al usar la fuerza o quebrantar las normas que prevalecían. La pasión se convierte en ceguera por la bandera.

Cualquier sociedad que necesite abrir más cárceles es una sociedad enferma, desequilibrada, con alto nivel de estrés, nivel educativo bajo o mediocre y con malos hábitos alimentarios. Tener ochenta mil personas encerradas en una población de cuarenta millones de habitantes es una cifra altísima de carencias educativas.

“El mejor país no es el que tiene las mejores cárceles, es el que no las necesita”.

Mal funcionan las cosas cuando muchos se alegran de que otros entren en la cárcel, mal funcionan las cosas cuando otros quebrantan las leyes porque no encuentran las formas correctas de crear una sociedad. La conciencia nacional no difiere de la conciencia familiar, si un padre impone un severo castigo a cualquier miembro de su familia, alegrarse sería su mayor estupidez. La permisividad de que unos hermanos dañen, manipulen o pisoteen a otros hermanos es una grave negligencia por parte de los padres. El castigo es el fracaso de los padres que no supieron prevenir, que no supieron evitar la aparición de conflictos.

La apelación de que yo no te respeto porque tú tampoco me respetas es una respuesta mediocre. Te atropello porque te has puesto intencionadamente delante de mí o de mis principios es un acto de fuerza que debería ser motivo de vergüenza y no de orgullo. La venganza del linchamiento al vencido debería ser motivo de vergüenza nacional y no un motivo de exaltación nacional, porque los penados son miembros de nuestra familia.

Error grave ocurre siempre cuando es el intelecto el que dicta sentencia, ese intelecto que puso la trampa y no supo evitar que nadie cayese en ella. Es el intelecto el que juzga y dicta sentencia sobre los problemas. Un intelecto pone la trampa y otro intelecto la pisa. Uno se alegra y el otro sufre, y por motivos kármicos la alegría del negligente se convierte posteriormente en llanto. Esta es la historia interminable de las familias descabezadas y con un nivel educativo muy bajo, y con la característica general de que se sientan en mesas tremendamente insanas.

Las banderas si no se tiñen de sangre se arrugan por sufrimiento cuando la sociedad no vive en armonía, salud y felicidad.

Los arqueros subidos en castillos siempre fueron chiquillos. Cuando los bandos luchan por sus banderas terminan sufriendo las consecuencias de su conducta infantil, aunque aparenten lo contrario. Sabio fueron aquellos que sacaron la bandera blanca para buscar una salida al conflicto y reconocer que luchar es perder, que vencedores nunca hubo en ninguna lucha. El intelecto no encuentra razón ni sabe la causa de por qué el invasor tomó el uso de la fuerza o violó las normas establecidas. La causa del problema nunca la encontraremos en el nivel superficial de la vida. Los colores de las banderas no razonan ni descubren los motivos de otros colores.

Hay que parar la lucha y levantar la bandera blanca, pero ¿cómo es esa bandera?, no es un trapo blanco, es mucho más.

El color blanco es la combinación de todos los colores. El blanco es la unidad y los colores son la diversidad. Un mundo totalmente blanco sería aburrido, el mundo debe ser un mosaico de colores que alegren la vida y así realcen más el valor de lo blanco.

Los objetos son visibles porque tienen colores, los cuerpos tienen formas y colores, y en diferentes culturas hay diferentes formas de cuerpos y colores.

El universo es una creación de colores, de la unidad surgió la diversidad. De lo blanco surgieron los colores.

Los pensamientos son los colores que deberían salir de la blanca conciencia pura y no del oscuro estrés.

El cuerpo humano cambia de color, emana diversos colores (aura) según su estado emocional y sentimental. El estrés es una acumulación de fuertes colores que no supieron combinarse adecuadamente y crearon un fuerte conflicto, sea externo o interno.

A través de la actividad mental creamos más vida, más objetos, materias y formas, unos son cuadros llenos de estrés y conflictos, y otros buscan en los colores una vida muy particular que difícilmente es vista por otros. La incomprensión social es por falta de apreciación y porque otros ven la vida y la pintan como les viene en gana. Una creencia o aspiración puede ser muy bien una auténtica piración ( pirado, o locura transitoria) .

El arte de gobernar es poner en armonía y con los colores necesarios a cada marco o región para que los escenarios sean bellos y agradables. Cada pincela o ley ha de salir del blanco para tomar el color adecuado y crear un conjunto social armónico.

La sociedad debería ser un marco de belleza creado por nosotros.

En el sentir profundo está el arte de componer los colores y dar prioridad en cada momento necesario a aquello que sea necesario plasmar para crear más vida y evolución. Dos mundos distintos pero unidos entre sí dan el valor completo a la vida.

Si los pensamientos son los colores ¿qué es lo blanco?, simplemente es el sentimiento puro. En el corazón-no-físico está lo blanco.

Los torbellinos mentales crean una mezcolanza de colores dañinos hasta para la vista. Las acciones dañinas crean marcas profundas en el lienzo familiar, social y ambiental. La ansiedad, depresión, agresividad… son expresiones descontroladas de los colores (pensamientos). Las expresiones intencionadas feas o dolorosas carecen de armonía.

La fuerza del ser humano reside en su corazón-no-físico. Desde su sentimiento puede recomponer cualquier situación y las manchas del pasado pincelarlas a partir del blanco y así rehacer su vida con tonos bellos y enriquecedores.

Los colores no tienen tanta importancia, sin embargo los núcleos luchan por sus colores. El mundo lo complicamos, la vida entra en sufrimiento, porque no se sabe vivir desde lo más fácil, lo más simple es lo blanco. Estar sometidos a situaciones complejas y manchadas, vivir en una nebulosa gris oscura, no debería ser una marca o bandera para toda la vida.

El valor de una persona no está en su color nacional (pensamientos y herramientas) que disponga, sino en la pureza de su corazón.

Un corazón bello y grande será capaz de sobreponerse a todas las manchas oscuras de su mente. Los colores, su posición y predominio, son obra propia, bien de esta vida o de anteriores. Hay cosas que vienen del exterior como un terral que mancha nuestra cabeza y pone áspera y seca la piel, no sabemos en qué momento las creamos, pero las motitas del pasado vuelven; lo importante es saber lavarse, y sobre todo no venirse abajo, ni perder el norte del buen hacer. No hay nada que pueda con lo blanco. No hay nada que no pueda recomponer un bello corazón.

El blanco ocupa un lugar indeterminado, es ilimitado, pero el color es determinado. Las palabras son colores, y en el espacio que hay entre palabra y palabra está lo blanco.

La acumulación quebrada de colores (pensamientos) no permite el hueco por donde entre la luz de la vida. En esa larga acumulación comienza a aparecer la oscuridad, y puede declinar hacia un profundo agujero negro que se traga todos los colores, y todas las obras creadas en la vida desaparecen. Si por cualquier razón el bello corazón es encarcelado o atrapado por la oscuridad, encontrará la libertad mediando la pureza de su profunda voluntad, se romperá la noche con la luz del corazón y la nueva vida comenzará.

Una pequeña fibra de luz elimina enormes espacios oscuros. El blanco es Inteligencia Pura, es el poder invencible de la naturaleza. Hay que levantar ya mismo la bandera blanca, aunque sea pequeña, porque un haz de luz de inteligencia entre tanta ignorancia acampada abrirá nuevos senderos para que la sociedad salga de su torpeza.

Los cuerpos andantes son como lienzos, autorretratos, que con el tiempo va perdiendo color o impregnándose de las manchas que otros lanzan o escupen por bocas insanas. El lienzo corporal no debería eclipsar la luz de la consciencia, que debería ser cada día más luminosa. La Conciencia Universal o Conciencia de la Totalidad es simplemente la convivencia de lo blanco con los colores. La consciencia plena e ilimitada es una la línea ilimitada blanca que sostiene con armonía todos los colores. Ahí está el arte de vivir, de ser feliz.

La vida es muy sencilla, no la maltratemos con tantos borrones, no nos compliquemos más.

Saber vivir es saber dibujar nuestra vida diaria. No luchemos contra los colores mentales, ni nos enfrentemos con otros que forman otros colores, lo más importante es no tapar lo blanco y la vida fluirá y cada color tendrá un sentido, sea duradero, corto o muy corto.

La luz de tu corazón eliminará todos tus obstáculos y será una guía para otros.

Dos blancos corazones juntos es igual que poner luz en dos espejos frente a frente, una luz se convierte en millones de luces, la proyección se hace infinita en ambos lados. Eso se llama Amor infinito, porque no tiene fin.

CITA CON LOS GRANDES

“En realidad vivir como hombre significa elegir un blanco -honor, gloria, riqueza, cultura- y apuntar hacia él con toda la conducta, pues no ordenar la vida a un fin es señal de gran necedad.”
(Aristóteles)

“El hombre es un auriga que conduce un carro tirado por dos briosos caballos: el placer y el deber. El arte del auriga consiste en templar la fogosidad del corcel negro (placer) y acompasarlo con el blanco (deber) para correr sin perder el equilibrio.”
(Platón)

“La vocación del arma es el blanco.”
(Manuel Machado) – Nota del Boletín: El corazón blanco es el arma invencible

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