Hoy en día, es muy importante llevar a cabo acciones que nos despejen y mejoren nuestra calidad de vida. A partir de la flexibilidad que obtenemos practicando yoga, conseguimos también mejorar la postura del cuerpo (evitando lesiones y contracturas), además de aliviar dolores de cabeza, jaquecas o migrañas. Pero, además de en lo físico, también tiene importantes beneficios respecto a lo mental: mejora la calidad del sueño y alivia problemas de depresión y ansiedad.
Existen tres posturas, muy sencillas, que todos deberíamos practicar, sin importar la edad o la condición física. Son estas:
Ananda Balasana / Bebé feliz: Acuéstate en una superficie plana, con la espalda totalmente apoyada. Lleva tus rodillas hacia el pecho, elevando los pies y cogiéndotelos con las manos.
Balasana / El niño: Siéntate sobre los talones, con las piernas plegadas y tu espalda recta. Después, inclínate hacia delante extendiendo los brazos, pegando el pecho a las rodillas y los glúteos a los talones.
Uttanasana / Pinza: Separa las piernas al ancho de tus caderas, toma aire e inclínate hacia adelante mientras exhalas, llevando tu tronco lo más cerca posible de tus piernas. Agárrate a los tobillos.
Todas estas posturas deben sostenerse por, aproximadamente, 2 minutos y la respiración debe estar bien controlada.