Un cachorro jaguarindí, también llamado gato moro, ha sido encontrado merodeando por unos jardines de Tuluá, Colombia.
A diferencia de un felino silvestre normal, este no huyó de la presencia humana ni opuso resistencia para dejarse manipular por los miembros de la entidad ambiental que lo rescataron.
Más tarde, los veterinarios y zootecnistas al tanto confirmaron lo que ya se sospechaba: el cachorro estaba domesticado y fue extraído de su madriguera y apartado de su madre a los pocos días de nacer.
Debido a esto, el retorno a su hábitat natural es incierto; existe la posibilidad de que el animal haya olvidado su instinto salvaje y no sepa cazar y alimentarse por sí solo.
Hechos como este son cada día más comunes y, por eso, veterinarios y biólogos de todo el mundo lanzan un mensaje claro al resto de seres humanos: Los animales silvestres deben permanecer en sus hábitats naturales, teniendo comportamientos propios de su especie para así poder también criar a sus cachorros adecuadamente.
La manipulación de la fauna silvestre a manos del ser humano deja secuelas imborrables.