Por Ramiro Calle.- Curso sobre la Búsqueda del Ser – Encuentro en Nagual
Una de las cosas que yo trato de hacer siempre en todos los encuentros que llevo a cabo es que haya realmente una interactuación, que podamos todos intervenir y así ir poco a poco indagando en todo tipo de preguntas y respuestas, en todo tipo de temas, que podáis exponer absolutamente todo lo que queráis y que, sobre todo, no quede ninguna indagación por hacer. Es decir, que entre todos generemos una energía suficiente para poder llevar a cabo esta investigación. Hay un término en la lengua sánscrita que es satsang, que es un poco lo que vamos a hacer a lo largo de la jornada de hoy. Satsang quiere decir asamblea espiritual, y quiere decir que un número de personas, buscadoras de la última realidad, se unen para, juntas, tratar de averiguar qué hay más allá de las apariencias, qué hay más allá de las formas, de lo que los hindúes llaman Maya, concepto que ya tendremos ocasión de ir poco a poco investigando. Para que este encuentro sea lo más fructífero posible tenemos también que hacer algunas técnicas de interiorización y de reencuentro con nosotros mismos. Es la manera de conseguir que sea lo más eficiente posible.
Siempre en las clases de meditación les recuerdo a mis alumnos que “después del éxtasis, la colada”, que es el título de los libros de Kornfield, porque muchas veces nos perdemos en toda clase de elucubraciones, de especulaciones, de fantasías metafísicas, pero nos perdemos la realidad contundente de lo que es; que por mucha maya que sea, cuando uno tiene migraña le duele la cabeza y cuando uno tiene dolor de muelas lo pasa muy mal, luego hay que moverse en los dos planos: el plano, diríamos, de lo suprasensorial, de lo suprasensible, pero también en plano de lo cotidiano. Algunos de vosotros tal vez recordareis un cuento que es como sigue: “un Maestro está toda la vida diciendo: todo es ilusorio, todo es ilusorio… un día muere su hijo y comienza a llorar desconsoladamente. Entonces los discípulos le dicen: que no te vea la gente, porque llevas toda la vida diciendo que todo es ilusorio y ahora estás llorando desconsoladamente… Y él dice: pero es que es tan doloroso perder un hijo ilusorio en un mundo ilusorio…” De alguna manera hay que moverse en los diferentes planos. Cuando entrevisté a un yogui ya extinto, que era SwamiSatyananda, especialista en Tantra, y le pregunté: “¿quién es una persona sabia?”,dijo: “aquella que sabe navegar en los dos océanos, el océano exterior y el océano interior”. Y hago esta referencia porque hoy en día se están dando una serie de neomovimientos que muchas veces nos hacen vivir de espaldas a las auténticas o genuinas enseñanzas. Hoy está de moda el neotantra, el neovedanta, el neoyoga… y todo ello muchas veces sesga o distorsiona o de alguna manera falsea las genuinas fuentes. Se han puesto muy de moda todos estos autores que dicen que de repente se iluminaron de una manera totalmente fortuita o natural, uno en un bosque a los 30 años, otro en un aeropuerto a los 28, y así sucesivamente. A ellos les ha tocado el premio gordo de la Lotería, porque sin ningún esfuerzo se han iluminado, y entonces uno podría preguntarse: bueno, ¿y los que llevamos tantos esfuerzos y no nos iluminamos es que somos tan torpes, o qué sucede? Y el problema de todos estos neo-yogas, neo-tantras, neo-vedantas es que se trata de darnos una serie de ideas de lo fácil que es iluminarse o realizarse y no se nos dice que detrás de ese aparenteno-esfuerzo hay que realizar un gran esfuerzo. Así, un Maestro en la India me decía: “solo en la extremidad del esfuerzo aparece el esfuerzo sin esfuerzo”, o como dicen los taoístas chinos, por lo intencionado llegamos a lo inintencionado. El riesgo de hablar muchas veces de todo lo que es metafísico es que nos puede conducir a un amasijo de ideas, al final alienantes, pero es cierto que es mucho más fácil hablar de todo lo que representa el universo paralelo, porque ahí puedes decir cualquier cosa sin que pueda ser realmente validada si no es por la experiencia personal, y es por esto que es tan importante una y otra vez insistir en que el Yoga, que va a ser un poco el núcleo, la médula de este encuentro, de que el Yoga se mueve no por creencias sino realmente por experiencias: de nada sirve que una persona crea profundamente en las técnicas de Pranayama o control respiratorio si luego no las experimenta por sí misma. De nada sirve que uno esté totalmente seguro de la eficacia de los asanas si luego uno no los practica o los desarrolla por sí mismo. Es por esto que en el Yoga se respetan todos los cultos, todas las creencias, si una persona es atea, teísta,transteísta, pero lo cierto es que al final todo se subsume en lo verdaderamente esencial que es la experiencia. En una ocasión un discípulo acudió a su Maestro y le preguntó:“Maestro, ¿quién sostiene el mundo? El Maestro dijo: 8 elefantes blancos. Y el discípulo le preguntó:¿y quién sostiene a los 8 elefantes blancos? Y el Maestro repuso: otros 8 elefantes blancos”, dando a entender que por el mundo, por el universo de solo las ideas, los conceptos, al final es imposible aproximarnos a la última realidad. Cuando Buda iba a morir hizo una afirmación categórica. Dijo: “los que interrogan se equivocan. Los que contestan se equivocan”, dando a entender que a través de las palabras, de los conceptos, del discurso, no podemos llegar a una realidad que precisamente escapa a las palabras y a todo discurso, una realidad que es inasible a lo puramente conceptual. Lo que tenemos que entender es que lo que realmente nos va a transformar es la experiencia, y por eso hay esta instrucción muy antigua en el Yoga que reza: “por mucho que digas la palabra luz, la luz no viene si no enciendes la lámpara”. Por mucho que aspiremos a conquistar una realidad de orden superior o suprasensible o suprasensorial, como queramos decirlo, si no es a través de nuestra mutación psíquica y de nuestra transformación mental todo se quedará simplemente en una idea o en una torpe intentona. Lo que tenemos que hacer, y es un poco lo que yo naturalmente abogo por ello, es que practiquemos. Era el gran místico Kabir quien decía a sus discípulos: “miradme a mí, soy un esclavo de mi propia intensidad.” Él, que era uno de los más grandes místicos, sin embargo seguía hasta el último día de su vida, siendo un esclavo de su propia intensidad, de su práctica en la meditación, en la recitación de mantras, en las técnicas de introspección o cualesquiera otras. A veces se me acusa abiertamente de ser un voluntarista, pero no es que sea un voluntarista, es que pienso que, de nuevo volviendo a la instrucción que os indicaba, no podemos encender nuestra luz simplemente con ideas o con charlas o con lecturas por mucho que los neovedantistas nos digan “tú ya eres dios, tú ya eres la conciencia cósmica”,porque si no logramos realizarlo, todo se queda en un verdadero canto de sirenas. Lo importante es que empecemos por comprender cuál es nuestro mundo.
Nuestro mundo es la mente. Nuestro escenario del que todo nace, en el que todo experimentamos, en el que todo vivimos, es nuestra propia mente, y si la mente es la que percibe, la que conoce, lo que tenemos que hacer es apuntar directamente a la mente, y si algo urge es que vayamos poco a poco trabajando sobre ese escenario que es la mente, del que surgen todos, todos los fenómenos, porque en último lugar la realidad es como cada uno de nosotros la interpreta, la vive o la experimenta. Aquí tenemos ahora que tratar entre todos, yo iré exponiendo temas pero los iremos indagando, tratar entre todos de buscar qué es la mente y qué podemos hacer poco a poco para trascender la mente condicionada, la mente que de alguna manera nos impide ser nosotros mismos y conectar con nuestra verdadera realidad. ¿La mente tiene sustancia o no la tiene? ¿La mente es de fiar o no es de fiar? ¿Podemos confiar en esta mente o no podemos confiar en ella? Esta es una indagación seria, un autoexamen riguroso que cada uno tenemos que realizar. ¿Puedo realmente fiarme de mi mente? ¿Mi mente me procura sosiego, me procura la capacidad de ver las cosas como son, me procura entendimiento correcto, o por el contrario, mi mente en lugar de ser una aliada, torpedea constantemente mi comprensión, me oscurece, me ofusca y me condiciona con tendencias de avaricia, de odio y tantas otras que me perturban y perturban la relación con los demás? En este examen de nuestra propia mente tenemos que ir poco a poco descubriendo, escudriñando todo lo que la mente nos ofrece de constructivo y positivo, pero también todo lo que la mente nos brinda lamentablemente de negativo. Cuando una persona va a un médico no va para que el médico solamente le diga: “estás bien”, sino para que le chequee y si hay alguna perturbación se la diagnostique y le procure los medicamentos necesarios. El Yoga es una medicina, y de alguna manera lo que se pretende es que cada uno de nosotros, como os decía, por nuestra propia experiencia, vayamos descubriendo cuáles son las discapacidades, las perturbaciones de nuestra mente y pongamos los medios necesarios para ir poco a poco saneándonos. En este sentido,todos estamos enfermos. Mentes enfermas hacen sociedades enfermas, sociedades enfermas hacen mentes enfermas. Cuando hay maestros que nos dicen “tú no eres más que una máquina”, o “un trozo de carne”, esto parece muy duro, una declaración muy abrupta, pero cuando uno empieza a indagarse se da cuentade que, efectivamente, desde una mente condicionada no somos más que máquinas que estamos guiados por nuestro yo robótico. ¿Por qué se va configurando este yo robótico que es precisamente el que más nos aleja de nosotros mismos? Porque se van acumulando en nosotros todo tipo de códigos pre-humanos y luego los condicionamientos de nuestra propia psicología o historia psicológica. Cuando un discípulo llegó a su Maestro y le preguntó: “maestro, ¿soy libre?”, el Maestro repuso: “eres libre desde tus condicionamientos”, o sea que en realidad creemos que somos libres, vivimos en esa especie de sueño de nuestra propia libertad y ciertamente todo aquello que pensamos, que decimos, que hacemos, es mecánico y no está dictado por la luz de nuestro entendimiento correcto, sino por los fantasmas de nuestra propia psicología. Cuando una persona de una manera realmente cierta, incluso apesadumbrante, empieza a darse cuenta de que está en un campo de concentración, entonces es cuando puede nacer la motivación para salir o emerger de ese campo de concentración. Dicho de otra manera: cuando uno descubre con gran disgusto que uno está psicológicamente ciego y condicionado es cuando empiezasa poner todos los medios a tu alcance para poder pasar del estado de profunda insatisfacción al de satisfacción, y del estado de descontento al estado de contento, y ahí es donde uno empieza realmente a vérselas con uno mismo. No es lo que te digan los maestros, no es lo que te digan los preceptores o los mentores, ellos también nos condicionan cuando nos adoctrinan;es lo que seamos capaces nosotros de ir viendo por nosotros mismos al escudriñar esa mente condicionada, y al escudriñar esa mente condicionada empezamos a descubrir que todos estamos mal guiados por tendencias subyacentes, y que esas tendencias subyacentes no van a desaparecer porque llegue un Maestro supuestamente iluminado y haga el trabajo por nosotros. Esas tendencias nocivas subyacentes van a irse debilitando y disipando en la medida en que nosotros seamos capaces de seguir toda una sabia estrategia para ir mutando nuestra psicología.
En todas las tradiciones se habla del segundo nacimiento, y el segundo nacimiento,iniciáticamente hablando, quiere decir que naces a una nueva forma de ser, que naces a una nueva psicología. Y de ahí el bautismo en tantas religiones que ha perdido su original sentido, que era precisamente un punto y final a tu historia anterior, con sus códigos prehumanos y humanos, para emerger a una nueva manera de ser, de sentirte, de relacionarte, de ver y de comprender. Y para ir poco a poco desembarazándonos de la vieja psicología que nos condiciona, para ir poco a poco siendo como la serpiente que muda su piel, tenemos que llevar a cabo un trabajo basado en la motivación, en el entendimiento correcto, en la práctica asidua, y en el descubrimiento de nosotros mismos. Y lo que yo pretendo hoy, a lo largo de la jornada, es que podamos ir diseñando la estrategia real con la que podamos contar para ir poco a poco realizando este trabajo y que podamos todos realmente comprender que si hoy no cambia algo en mí nada me puede hacer suponer que mañana seré diferente, por eso el trabajo no es para luego. Todos tenemos la enfermedad del mañana, “mañana comenzaré”. El trabajo es para ahora mismo, para empezar poco a poco a desmontar la antigua psicología que nos causa insatisfacción, malestar, pesadumbre y descontento y poder encontrar así rendijas y huecos hacia una nueva psicología y una nueva manera de ser.
Esta estrategia ha sido definida por todos los grandes maestros a lo largo de la humanidad. Lo que sucede es que el Yoga, como dice MirceaEliade, es el eje espiritual no solo de la India y de Oriente, porque Yoga es práctica. Yoga no es una gimnasia, no es un deporte, no es una religión, no es un culto, no es una doctrina. Yoga es el primer método de mejoramiento humano del orden, y de él nacen tres corrientes o tres vertientes:una de ellas es la vertiente de control psicosomático, otra de ellas es la vertiente de saneamiento de nuestra psicología y otra es la vertiente de técnica espiritual. Si el occidental ha tomado con másafección la primera vertiente de técnicas de control psicosomático es porque todos sabemos que tenemos muchas discapacidades o desarreglos físicos y mentales, y que muchas veces no podemos emprender la senda de la autorrealización hasta haber solventado todas esas carencias, todas esas grietas del alma que padecemos todos los occidentales. Es por esto que a veces en Oriente, sobre todo en la antigua India, la gente directamente entraba en la vertiente de técnica espiritual del Yoga, y sin embargo hoy, incluso en la propia India se utiliza más las vertiente de técnica de control psicosomático o de purificación psicológica para ir poco a poco liberándonos de todo lo que todavía nos detiene o nos dificulta más en el camino: complejos, traumas, torturadores internos, agujeros psíquicos, frustraciones y represiones que nos fragmentan, nos desgastan y nos roban lo mejor de nuestros potenciales anímicos. Estas tres vertientes del Yoga en realidad al final hay que unificarlas y trabajar en todas ellas, puesto que todos somos un conjunto de planos: la función instintiva, la función motriz, la función sensual, la emocional, la mental y la supramental, y tenemos que trabajar en todos los elementos constitutivos de nuestro ser para realmente poder lograr lo que al final todos pretendemos, que es esa mutación de la consciencia que nos permita encontrar respuestas a los grandes interrogantes existenciales, pero esta respuestas nunca las podremos hallar a través del pensamiento ordinario. Cuando a un yogui le pregunté: “¿y entonces para qué el pensamiento?”, él dijo: “para que el mismo pensamiento comprenda que tiene que suicidarse para ir más allá del pensamiento”. El pensamiento está muy bien para nuestra vida diaria, para comunicarnos, escribir, charlar, para todo lo conceptual, pero el pensamiento tiene que rendirse y reconocer su propia insuficiencia para ir más allá del pensamiento. De hecho, fijaros: todos los mitos nos llevan más allá de mito, y por el signo llegamos más allá del signo, y por la misma recitación de un mantra, de lo que se trata es de ir mas allá del sonido y del propio mantra, y por la misma observación de las formas tratamos de ir a lo informe. Por eso es esencial cultivar el pensamiento correcto para nuestro devenir cotidiano, pero también saber que tenemos, en principio, la potencialidad de poder trabajar para ir más allá del pensamiento, y de ahí que empezara esta charla diciéndoos que tenemos que saber movernos en nuestra vida cotidiana y tenemos que saber movernos también en nuestro universo interior. Para la vida cotidiana, los pensamientos libremente seleccionados y conscientes, saber que los pensamientos no es pensar, son dos cosas muy diferentes, y aprender a pensar. Para la vida interior ir másallá del pensamiento a través de vivencias, de flashes, de golpes de luz que nos ayuden a mirar lo que está más allá de lo puramente aparente o cotidiano. Si uno trabaja solamente en un plano corre el riesgo de volverse de alguna manera insuficiente para el otro plano. Hay muchas personas, como sabéis, que solo trabajan en el plano de lo cotidiano. Obtienen grandes logros, e incluso al final se pueden convertir en lo que yo llamo triunfadores fracasados: esas personas que han obtenido muchas metas en el plano de lo cotidiano pero se han traicionado a sí mismas, no tienen amigos, se llevan mal con su consorte, tienen que ir al psiquiatra… un largo etcétera. Triunfadores fracasados. Pero si una persona solamente se dedica a la vida interior desprendiéndose de toda conexión con lo cotidiano, entonces como yo he visto en Tailandia o India se vuelven personas que solo pueden vivir en un bosque o en una ermita porque han perdido la capacidad de moverse con las cosas de cada día. Hay en este sentido una historia zen muy interesante, cuando un discípulo le pregunta al maestro: “maestro, ¿dónde está la verdad?” El Maestro dice: “en la vida de cada día.” El discípulo protesta: “pero es que yo en la vida de cada día no veo ninguna verdad.” Y el Maestro dice: “esa es la diferencia; que unos la ven y otros no la ven.” Cuando logramos, que es simbólico, la apertura un poco del tercer ojo, que es solo la fusión de los otros dos ojos, de los pares de opuestos, cuando lo logramos nos damos cuenta de que tenemos que movernos en estas dos realidades; una realidad sensible donde tenemos que proceder lo mas cuerda y sabiamente que podamos y una realidad suprasensible donde se nos abren veredas para ir conectando poco a poco con nosotros.
Todo lo que sean palabras al final pueden inducir al error y al falseamiento, y por eso, insisto, es necesaria complementar la teoría, la investigaciónteórica con la práctica, con la vivencia o experiencia directa. En esta senda hacia el Ser, ya que este curso que me propuso generosamente Mariano, es una indagación del Ser, en esta senda hacia el Ser tenemos que volvernos viajeros hacia los adentros. Es decir, cada uno tiene que ir poco a poco aprendiendo a verse, a mirarse y a ir descubriendo realmente aquello que es, y aquí es donde intervienen todas las técnicas de meditación, y os quiero de alguna manera dar un poco una noción general de ellas pero esta tarde, también para practicarlas y no quedarnos solo en las palabras.
¿Qué es la meditación? La meditación hoy se propone como un método para calmarse o sosegarse, y eso está muy bien, pero también te calma un masaje, un baño caliente o tomarte un Valium. La meditación hoy se propone como una técnica de meditación, pero para eso no es necesario meditar, porque ya existe el savasana o relajación como tal. La meditación a veces se propone, y también está bien, para tener un poco más de concentración y brillar más en tu vida cotidiana, pero eso es un alcance muy pobre de la meditación. La meditación, en último lugar, haciendo un juego de palabras con el inglés, “Me-die-(tation)” es “mi propia muerte”. Es poco a poco, durante unos minutos, morir al ego para poder encontrar la puerta hacia el ser. La meditación es el arte de parar, es la ciencia de la detención consciente para un poco saltar fuera de nuestros engramas cerebrales y encontrar otra vía de acceso a una experiencia que hoy por hoy, tanto nos hemos alienado, que nos es negada. Y la meditación es un gran conjunto de técnicas para ir logrando que el pensamiento repetitivo se sacrifique y nos abra así el portón hacia la experiencia del ser.
He conseguido en estos últimos meses que por fin se edite un libro que se llama “VijnanaBhairavaTantra”. Es muy difícil a veces editar estos libros, aunque lo vamos consiguiendo, pero es difícil porque a los editores lesda terror este tipo de obras que luego encuentran muy poco público, pero a lo largo de 44 años en mis clases me he servido a menudo de estas técnicas del VijnanaBhairavaTantra; por eso quiero hacer referencia a algunas de ellas, porque tienen por objeto precisamente la detención consciente del pensamiento para ir más allá del pensamiento y aproximarnos a nuestro propio ser, o por lo menos encontrar el gozne, la bisagra entre el ego y nuestro propio ser. El VijnanaBhairavaTantraes un texto en el que Bhairava, Shiva, nuestro ser interior, la conciencia cósmica, se reúne con su consorte, la diosa, es decir, la Shakti, la Devi, y la diosa le pide a su dios que le dé instrucciones para ir poco a poco, precisamente, recobrando su naturaleza original. Incluso la diosa está tan metida en Maya que necesita recuperar la vivencia de lo más profundo o de lo más íntimo. Y a lo largo de unas cuantas, digamos, conversaciones, Shiva, Bhairava, nuestra naturaleza más íntima y profunda y cósmica le va dando instrucciones a la diosa para que pueda, precisamente, suspender el pensamiento e ir más allá del pensamiento. Daros cuenta de que una constante a lo largo de la historia del Yoga es la suspensión del pensamiento. Y esto no es gratuito, por algo será. Patanjali dice: cuando logramos inhibir el pensamiento nos establecemos en nuestra naturaleza real. En el Yoga decimos: cuando los pensamientos cesan, se revela la luz del Ser. Y así en el VijnanaBhairavaTantra el dios, Shiva, le va dando instrucciones a la diosa para que logre frenar el pensamiento y dar un salto más allá del pensamiento. Si lo reflexionáis un poco todo lo vivimos a través de la mente y del pensamiento; por algo hay que conquistar la mente. Al vivirlo todo a través de la mente donde hay que trabajar es en la conquista de la mente. ¿El pensamiento que hace? Representa. Y hay que conquistar la representación para ir más allá de la mente condicionada. El pensamiento todo él es condicionado, y solo en lo incondicionado encontramos otra experiencia del Ser. En el VijnanaBhairavaTantra se ofrecen nada menos que 112 métodos, pero todos ellos, fijaros, conducentes, a inhibir el pensamiento, 112 métodos, que yo los que he venido utilizando, y Mariano, durante años también fue alumno nuestro y él lo ha conocido muy bien todo el tema, 112 métodos que son los que imparto en clase para ir poco a poco logrando que el pensamiento se debilite y que podamos encontrar una rendija, por mínima que sea, para ir al otro lado de la mente, más allá del pensamiento. Y entre estas técnicas tenemos técnicas de atención a la respiración, que hoy haremos para ir poco a poco logrando frenar el pensamiento discursivo, tenemos técnicas que nos permiten conectar con la vacuidad y con el silencio, tenemos técnicas para situar la mente en aquello que nos pueda absorber de tal manera que al cesar de nuevo, repito, el pensamiento, tenemos otra experiencia. De manera natural todos alguna vez nos hemos quedado absortos en un fuego y hemos experimentado ese glorioso vacío. O cuando abrazamos a un amigo que no hemos visto hace muchos años durante unos minutos quedamos absortos, el pensamiento cesa y tenemos una bendita experiencia de Ser, o en el acoplamiento amoroso, en el éxtasis sexual, el pensamiento cesa y surge otra percepción del ser… O con la música, o con el silencio en la naturaleza.De hecho, de manera espontánea, a lo largo de la vida todos quedamos ensimismados, y este término es precioso: ensimismado, en ti mismo, y hay un instante de gloria que no hemos buscado directamente pero que se produce. Pero lo que tratamos de hacer con las técnicas de meditación, muchas inspiradas en el VijnanaBhairavaTantra es, precisamente y de forma intencionada, lograr que el pensamiento cese para que surja otra inmaculada experiencia de Ser. Y en este sentido, uno, una vez más, trabaja como gran artífice en su laboratorio viviente. Y nuestro laboratorio viviente es el cuerpo, y nuestro laboratorio viviente es la mente, y si el Yoga fue el precursor de la ciencia psicosomática es porque hace 7.500 años, 8.000 años, descubrió que todo lo que repercute en el cuerpo repercute en la mente, y que todo lo que repercute en la mente repercute en el cuerpo. Que a través del cuerpo podemos llegar a la mente, como en el Hatha Yoga verdadero, y que a través de la mente como en el Raja Yoga podemos llegar al cuerpo y trabajar así sobre nuestra unidad psicosomática. El Yoga fue el único sistema en el mundo que revalorizó el cuerpo. En Occidente todos entendemos que el cuerpo es por un lado una fuente de placer, pero cuando enferma o agoniza es una fuente de dolor y sufrimiento. Y ahí nos hemos quedado. Por un lado buscamos muchas veces, en el largo desenfreno de los sentidos, que decía Rimbaud, el placer, en un hedonismo excesivo, o bien por otro lado tenemos que soportar lo que son todos los malestares y desdichas del cuerpo. Pero el Yoga abrió una tercera vía, caso único en el orden. El Yoga dijo: pues ya que tenemos un cuerpo, vamos a revalorizarlo y vamos a utilizarlo también como crisol alquímico para ir poco a poco transformando nuestras energías de baja calidad en energías preciosas, igual que los alquimistas trataban de transmutar los metales de baja calidad en metales preciosos. Y esta revalorización del cuerpo comenzó por concebir, ensayar, todo tipo de técnicas que también, desde el punto de vista del Ser que ocupa este curso, son métodos específicos para conectar con el Ser,y esto es lo que crearía una enorme distancia entre el Hatha Yoga genuino y clásico o el “yoga fitness”, o el postureo o lo que yo llamo el “Yoga Pop” y todo eso que nada tiene que ver con el Hatha Yoga, que está muy bien, pero como dice un amigo mío profesor de Yoga, ahora mismo está en la India o en Guayaquil, que es Gustavo Plaza, “por un lado hay salsa y por otro hay Yoga, pero lo que no hay es salsa yoga”. Pues de alguna manera lo que hay que entender es que el verdadero Hatha Yoga no tiene nada que ver con mezclarlo con las artes marciales, con levantar pesas, con el Yoga acrobático, etc. Surgió con un sentido para también aproximarnos a través del cuerpo y el cuerpo energético, lingamsharira, a nuestra última realidad. Esta revalorización del cuerpo fue muy importante, porque a diferencia de los ascetas medievales, que mortificaban el cuerpo, que negaban el deseo, que iban poco a poco perjudicando todos sus potenciales energéticos y psicosomáticos el Yoga hizo lo contrario. El Yoga dijo: como no podemos prescindir del cuerpo vamos a utilizar el cuerpo también como instrumento salvífico, como herramienta para aproximarnos a la última realidad.
¿Por qué las posturas, los esquemas corporales en el Hatha Yoga clásico se mantienen? No es gratuito. Es cierto que si lo mantienes alargas más el músculo, el masaje a los órganos internos es más profundo, pero hay una realidad infinitamente más importante. Cuando tú vas prolongando el mantenimiento en el asana te puedes ir interiorizando más y más, y a través del cuerpo llegas más allá del cuerpo, y vives el asana de adentro afuera y de afuera adentro. Pero además los asanas nos ayudan a combatir la mecanicidad de la mente, son técnicas básicamente de contra-mecanicidad. En la vida diaria uno se mueve sin consciencia: en el asana te mueves lentamente y con consciencia. En la vida diaria la respiración es muy espasmódica: en el asana la respiración es regular. En la vida diaria la mente constantemente está disgregada: durante el asana utilizas el cuerpo como objeto de atención para tener la mente fija. Y lo mismo pasa con el Pranayama. La gente cree que el Pranayama solamente es para obtener longevidad o para ganar en salud, pero hay mucho más. Es cierto que el pranayama es un torrente de vitalidad o prana, pero es que a través de la retención del aliento, del kumbhaka, uno va colapsando el pensamiento y va de nuevo logrando que surja otro tipo de sentir y de percibir. Y lo mismo con el savasana o relajación, en la medida en que uno logra la detención consciente uno penetra a través de un canal distinto hacia otra manera de ser y percibir. O sea que incluso el Hatha Yoga se convierte así en un método para lograr la detención del pensamiento e ir más allá del pensamiento. Y el Mantra Yoga, ¿por qué recitamos fonemas de carácter esotérico, místico, sagrado? Porque a través del mantra vas más allá del mantra, y porque lo importante no es solo la repetición del mantra, lo importante es el silencio que surge en la repetición del mantra, porque es en ese silencio donde te cuelas al otro lado de la mente y es en el vacío donde descubres la forma, porque si, por ejemplo, un cuadro no tiene vacíos todo sería un pastiche, pero es precisamente sobre el vacío donde pueden surgir las formas y es mediante el nombre que vamos más allá del nombre y conectamos con lo innombrable y todo este trabajo que vamos haciendo a través de la meditación, a través de las técnicas de introspección a través del Hatha Yoga, a través del Raja Yoga y de tantos otros métodos yóguicos, al final lo que trata es de conseguir que la mente ordinaria, que está muy bien para la vida común u ordinaria, cese para encontrar otro tipo de percepción que en el Yoga llamamos percepción yóguica o viveka, que quiere decir discernimiento, que nos lleva a la sabiduría. Todo esto son palabras en tanto no hay la experiencia. Por eso en realidad lo importante es que meditemos y que llevemos a cabo las técnicas de los diferentes yogas.
Hay una anécdota que es de un gran amigo mío, que era uno de los jesuitas que con 18 años se fue con la Misión Bombay a la India. Él mismo se ha hecho sadhu – aunque es un sadhu sigue siendo cristiano – y que cuenta que en una excursión que hizo en bici por los Himalayasde nada menos que de 3000 kilómetros, al llegar a los altos del Ganges se metió a descansar en una cueva, y entonces en la cueva vio meditando a un sanyasin, a un yogui indio, y entonces mi amigo el jesuita le dijo al sanyasin: querido amigo, ¿qué te parece si yo cojo los Evangelios, te leo unos textos, tú coges el Bhagavad Gita, me lees unos textos e intercambiamos impresiones? Y el yogui le dijo: dame tus Evangelios. Cogió los Evangelios y el Gita y los tiró a un rincón de la cueva y dijo: ahora nos ponemos a meditar que así nos entenderemos, pero nunca mediante las palabras. Pero todos nosotros somos como ese cuento del mono que mete una pata en la brea, que para querer salir mete la segunda, que para querer salir se apoya con la tercera, luego con la cuarta y al final quedamos en la brea… La brea del discurso, la brea del pensamiento, la brea de la palabrería, la brea de los improcedentes o irrelevantes “combates” entre una y otras doctrinas que al final no conduce a nada. Es por esto que siempre que me llaman últimamente para ir a algún encuentro, que cada día voy a menos, la verdad, trato ya de no ir a casi ninguno, pero siempre que me llaman al final acabamos meditando porque si no, nos perdemos todos en un enjambre de palabras que podéis leer en el VijnanaBhairavaTantra, ahorraros lo que hayáis pagado y encima no perder el día aquí. Luego esta tarde aprovecharemos para practicar realmente técnicas y mantener coloquios. Y hasta aquí. Ahora empezamos ya con las preguntas y respuestas sobre lo que hemos hablado. Como luego seguiremos hablando habrá otras preguntas y respuestas, pero vamos ahora un poco a centrarnos en el tema que hemos tratado ahora de discutir.
A ver. Si no hay preguntas no hay respuestas, así que…