Por Inocencia del Pino Nava.- No es el momento de vivir aislados, si no el de unión entre todos los seres, sin importar que ideología se tenga, de nada servirá querer ayudar a los demás sin antes conocernos a nosotros mismos.
Nunca se acaba de estar satisfecho, y siempre buscamos sentirnos mejor, muchas veces se produce un círculo vicioso, necesitamos estar en constante movimiento, siempre ocupados, no hemos terminado una tarea y ya estamos pensando en la siguiente, es como si no quisiéramos encontrarnos en soledad por miedo a ver que encontramos en ese desconocido que está dentro de nosotros.
Nadie está en este mundo por casualidad, y antes de ayudar a los demás, tenemos la obligación moral de hacer ese viaje hacia el interior de nuestro ser y ver cómo somos en realidad, por muy buena voluntad que tengamos si no somos capaces de reconocer quiénes somos y que potencial hay dentro de nosotros, todo lo que hagamos quedara incompleto, y siempre tendremos la necesidad de buscar que es lo que nos falta para complementarnos , cuando en realidad, no se trata de buscar nada fuera de nosotros, pensamos que lo más importante es lo que hay en el exterior, sin darnos cuenta que volveremos tantas veces sean necesarias hasta que hayamos cumplido con nuestra verdadera misión, la de transformarnos nosotros mismos.
Es importante colaborar en lo que podamos y hacerlo de la mejor manera posible, con alegría y amor, sabiendo que servirá para el progreso de nuestros hermanos así como para el nuestro propio, pero sin olvidarnos de que necesitamos crecer interiormente siendo imprescindible no solo el conocimiento si no la práctica del mismo, la teoría deja de tener efectividad cuando no se pone en práctica, llega un momento en que se necesita parar y recapacitar y ver si verdaderamente estamos actuando según lo que hemos aprendido, muchas veces en nuestras actuaciones hay mucho de orgullo y vanidad, pensamos que los errores siempre los tienen los demás y nunca nosotros a pesar de que nos lo digan, nunca nos damos por aludidos porque creemos que porque trabajamos duro y dedicamos nuestro tiempo es suficiente, pero eso no es así.
El trabajo es amor, el amor se da sin esperar nada a cambio, y nunca nos parece una carga, no hay rigidez y se está abierto a todos, no importa como piensen y de donde procedan, el final es la unión, da igual que proceses una ideología u otra, la base debe de ser la misma para todos, la del amor.
Nadie te preguntara cuando dejes este mundo si eras católico , musulmán, budista o de cualquier otro filosofía, doctrina o religión, tan solo se te tendrá en cuenta por las obras buenas que hayas hecho a lo largo de tu vida, no habrá un lugar para cada filosofía o doctrina o como queramos llamarlo, todos acabaremos algún día liberados de todos los apegos, y cuando alcancemos la iluminación no habrá fronteras que dividan a las personas solo nos unirá el amor y esa será la única religión para todos los seres.
No podemos pretender cambiar a los demás cuando somos incapaces de cambiar nosotros y de ver en que estamos equivocados, teniendo la valentía de reconocer nuestros errores y de superarlos.
Caemos muchas veces, pero nos fortalecemos más cuando nos levantamos, nadie debe criticar a otro porque ni el mismo sabe lo que hizo en un pasado ni lo que puede ser capaz de hacer en un momento determinado en el presente, hasta que la vida no nos pone en situaciones límites no podemos decir que nunca haremos esto o lo otro, intentemos hacer lo correcto en cada momento y ya con eso nos podemos dar por satisfechos.
Si nos observamos y nos damos la oportunidad de conocernos mejor nos daremos cuenta en que vamos fallando, y ello nos ayudara a ir rectificando y convertirnos en mejores personas, los cambios, se van incorporando a nuestra personalidad y vamos sintiendo que algo está pasando dentro de nosotros, ciertas actitudes negativas van desapareciendo y nuestro comportamiento va cambiando como algo natural, quizá empiezas a ser más amoroso, o menos agresivo, quizá ya no te afectan los comentarios negativos, tu actitud hacia un conflicto ya no es el mismo, empiezas a ver la vida desde otra perspectiva, te siente parte de todo y de todos, eres más tolerante contigo mismo y con los demás.
El trabajo más duro es el que tenemos más cerca, en nuestro hogar, en el trabajo, con los amigos, con los grupos, si no somos capaces de solucionar nuestras diferencias y si nos cuesta ser amorosos con los que tenemos más cerca, no pretendamos cambiar el mundo. Cambia tú y el mundo cambiara.
Muchas gracias por recordarnos el no juzgar al otro por sentirnos diferentes nosotros …siempre la base para todo es el amor …me vino justo el articulo para recordarmelo gracias gracias gracias