Por Silvana Villota.- A todo ser humano se le ha entregado desde el momento de su concepción, una luz en particular que se puede activar en el momento que todo lo demás parezca ser oscuridad, existe una luz interior con un poder tal de creación que para la mente humana es casi imposible percibir y dimensionar su existencia.
Esta luz no es algo simbólico, es real, está contenida en los códigos de tu ADN, cómo información, como partículas de luz, las cuales, en el momento de conectar con ella, estas partículas se condensarán para poder materializar esa luz.
Los códigos de luz iniciaron a ser instalados y activados en el tiempo de Lemuria y Atlántida cuando se vivió un gran momento de oscuridad que parecía ser infinita, estos códigos quedaron instalados internamente en el ADN para ser activados en este tiempo galáctico.
El amor es la clave para poder activarlos, la baja vibración los bloquea, todos tienen esos códigos internos, todos los seres del planeta Tierra tienen a su alcance estos códigos que están unidos al núcleo de ella, la cual es la encargada de emitir la frecuencia adecuada para su funcionamiento.
El amor es el conductor.
Para activar los códigos de luz, se repite 3 veces:
“Activo mis códigos de luz a través del amor”