Por Diana Galicia Ramírez.- Recibí una carta….en algún momento podrían recibir una carta así de una niña que las ama demasiado como para no dejar que se pierdan, cuando la leí sentí mucho coraje hacia mi no sabía cómo había lastimado a mi niña hermosa y ahora lo lamento mucho.
Se las comparto:
Diana.
Te he estado notando un poco molesta conmigo, cuantas veces al día te digo que estoy triste que no se que hacer me duele verte así y tu no te estás preocupando por mi no ves lo maravillosa que soy, pues solo te quiero ver feliz.
Te dejas llevar por lo que los demás dicen de mi sin preguntar que es lo que yo creo. Crees lo que otras personas te dicen en vez de que creer en mi.
Te perdono, te perdono por cada vez que me dijiste que no querías volver a verme te perdono por lastimarme. Puesto que no te das que esto no durará para siempre y te arrepentirás de seguir enojada conmigo por que cada día que me negaste algo te estabas mintiendo a ti misma el decirme que no soy capaz de hacer lo que me gusta y por eso dejaste que los demás también decidieran por ti eso hizo que me lastimaras. Cuantas veces no llore por ti. Me alejaste La paz que te pedía a gritos me negaste el amor y no te bastó con eso si no que me hiciste cada vez menos fue así que me hice mas chiquita hasta casi desaparecer de tu vida. Pero a pesar de todo lo que quisiste hacer conmigo quiero que estes bien, quiero estar bien contigo por eso te haré una última pregunta ¿estás segura de que quieres seguir tratándome así? ¿Quieres que en algún momento desaparezca de tu vida? Soy lo único que tienes y que te acompañará por el resto de tus días, crees que sea justo para las dos.
Me dolió tanto la vez que te enojaste, te diste la vuelta y me dejaste llorando.
Recuerdo cuando saltabas de gusto cada vez que amanecíamos juntas, me preguntabas que quería hacer y siempre llegamos a un acuerdo solo tu y yo éramos inseparables y ahora quiero que seas la misma quiero verte feliz yo siempre voy a estar a tu lado pero por favor no me lastimes mas ya no más. Quiero que sepas que te amo por eso me preocupo por ti.
Hace mucho que no sonríes como antes vuelve a brillar no se cual fue el motivo para que te alejaras, noté que te apagaste por mucho tiempo así que alúmbrame de nuevo con tu luz prométeme que ya no van a haber sombras que me escondan por favor solo nos tenemos una a la otra y quiero que seamos de nuevo inseparables invencibles capaz de vencer cualquier miedo y seguir adelante llenas de amor y felicidad.
Abrázame ya no me sueltes nunca mas seamos valientes juntas.
Atte: Diana tu niña interna
Todos tenemos dentro el niño que fuimos.
Cuidarlo es responsabilidad de cada uno de nosotros para mantener una autoestima sana. La mayoría de nosostros tuvimos algunas heridas emocionales unas más graves que otras pero eso no quiere decir que sean menos o mas importantes todas y cada una de ellas nos afectaron de diferente manera.
Una de las razones la cual tu niño interior esté dañado es el no dejar que tus emociones fluyan el reprimir lo que sentimos hace que nuestro niño se haga más débil lo cual no queremos que pase más bien que se haga más fuerte más valiente y luche contra los miedos que se presenten durante la vida.
Encontré un ejercicio el cual puede ayudar a que nuestro niño interior sane y siga acompañándonos por el resto de nuestras vidas
Estás lista…
Ok aquí va. imagina tu etapa de la niñez. ¿Cómo eras con aproximadamente 8 años? Trata de visualizar cómo eras físicamente y, si te cuesta, puedes mirar alguna foto para refrescarte la memoria y captar todos los máximos detalles posibles.
Ahora haz un ejercicio de visualización e imaginación. Ahora imagínate a ti mismo de pequeño, en tu habitación solo, ¿qué hacías cuando estabas en tu cuarto a solas? Imagina aquella etapa de la niñez, ve al pasado y recuerda cada detalle. Qué muebles había en tu cuarto, de qué colores, a qué jugabas, etc. Cuantos más detalles reales instales en la imaginación, mayor efecto tendrá el ejercicio.
Ahora imagínate a ti mismo como eres ahora. Imagina que estás entrando a la habitación que tenías cuando eras pequeño. Abres la puerta y ves a un niño cabizbajo, inseguro. Ese niño eres tú cuando eras pequeño. En la habitación estás tú, tal y como eres ahora, acompañado por un niño, que es el de la etapa de tu infancia.
Para sanarte de las heridas del pasado. Tu persona adulta puede conversar, acariciar al niño que fue, usando la imaginación.
Acércate a ese niño herido, sensible, temeroso y pregúntale qué le pasa. Ahora puedes comprenderle, besarle, abrazarle, darle protección, apoyo, amor… Hazlo, trátate como te hubiera gustado que te trataran en la niñez. Dale cariño y comprensión, abrázalo fuerte y dile que a partir de ahora estará a salvo, que lo cuidarás y aceptarás como se merece. Juega con él, diviértelo, deja que salga su espontaneidad. Sigue imaginando y visualizando que te llevas a tu niño a donde le apetezca.
A lo que voy con este ejercicio que me encontre y me ayudo a conectarme con mi niña interior es que algunas personas ya cuando son adultas y siguen cuidando a su niño interior lo cuidan sin reprimir sus emociones. Acuerdate cuando eras niño o niña o puedes también observar a uno y verás que muchos de ellos no les importa el que dirán, ríen de la nada y si ellos se dan cuenta de que los observas a la mayoría no le importará seguirá jugando. Y cuando pasa lo contrario un adulto reprime sus emociones pero no se da cuenta de que está dañando a su niño interno y lo lastima en lo más profundo del corazón.
No lastimes a tu niño interior como yo lo hice créeme que el haber leído esta carta me hizo arrepentirme de tantas cosas.
El haberme escondido de ella no fue nada divertido al contrario estuve apunto de perderla y perderme a mi misma cuídala que es lo único que tienes para toda tu vida.
“Si tu niño interior es feliz tu también lo serás”