Clases de Yoga en la Universidad

Por Ramiro Calle.- Durante cinco años impartí clases de yoga en la Universidad Autónoma de Madrid. Mientras yo daba clases en el rectorado, a alumnos de todas las facultades, la magnífica profesora de yoga Mari Nieves Corrales, formada por mí, daba clases de yoga en la Facultad de Medicina, también a lo largo de un lustro. Fue una experiencia pionera de gran interés. El por entonces rector de la Autónoma, Gratiniano Nieto, me dio el título de profesor especial de yoga para dar clases en la Universidad.

Creo que el yoga tiene que llevarse a institutos, universidades, colegios y a tantos lugares como sea posible; por supuesto el verdadero yoga, respetando siempre su esencia. Me congratula la noticia que mi buen amigo y compañero de Búsqueda Víctor Martinez Flores ha colgado ahora en su facebook y que comparto con vosotros. Víctor está haciendo una fecunda labor propagando la enseñanza del yoga por Nicaragua y otros países de Hispanoamerica.  Las herramientas psicosomáticas del yoga pueden ser de enorme utilidad en todos los ámbitos, cooperando en el mejoramiento del ser humano y ayudándole a acelerar la evolución de su consciencia. Agradezco mucho a Víctor sus palabras de apoyo.

«Hoy por primera vez se impartirá en la UCA una  clase de yoga de tres horas de duración dentro de un programa pedagógico universitario. Ha sido un año de colaboración con esta prestigiosa universidad que va a ser pionera en la región en su intención de ir incorporando al yoga como un elemento educativo más. Se impartirá en dos sesiones dentro de «herramientas sociales» y es una primera aproximación a proyectos de mayor envergadura que aun siguen siendo novedosos en la mayoría de los centros educativos del planeta. Estaré asistido por Marcia, Silvanna y Carmen. En el año 75 lo hizo Ramiro A.Calle en la Universidad Autónoma de Madrid. Repetir este paso a diez mil kilometros de distancia lo entiendo como el mejor homenaje que le puedo rendir al que ha sido mi «padre y mi madre» en esta senda de conocimiento que me ha convertido en el hombre que soy»