El cohete Long March 5B, lanzado por China, volverá a la Tierra en ubicación desconocida sobre el día 8 de mayo. Normalmente, los cohetes descartados son guiados inmediatamente a una demolición controlada por la propia fricción con la atmósfera, pero, desafortunadamente, en esta ocasión no ha sucedido así. El cohete fuera de control está orbitando la Tierra, viajando a 27.600km/hora y a una altitud de 300 km; órbita que decaerá rápidamente.
Aunque la previsión, por pura probabilidad, es que estos 30 metros de basura espacial caigan en el Océano Pacífico, la realidad es que no podrá hacerse un cálculo real hasta dentro de unas horas, cuando se produzca la reentrada a la atmósfera terrestre.
Aún así y para tranquilidad de todos, las probabilidades de que alguien sea golpeado por un trozo de escombro espacial son de una entre un billón, es decir, bastante escasas.
Se espera que, de aquí a finales de 2022 y con más lanzamientos programados como este, la estación espacial china esté por fin terminada y operativa.