Por Laura Dissa.- Actualmente muchas personas han decidió que el levantarse de su cama o espacio de descanso sea de manera brusca, drástica o acelerada, con planes, tareas o lista de chequeo de una manera no consciente y rutinaria, yo lo llamo un despertar asustado o alterado, para eso se emplea muchas herramientas, el despertador, el celular, la radio, artefactos que te sacan del estado de descanso de manera acelerada y esa sensación se logra mantener durante todo el día, desconociendo que así como inicias el día puedes terminarlo, que tu despertar sea en sincronía con lo que necesitas para tu vida.
Es importante agradecer y sobre todo ser conciente que cada día es una oportunidad para ser la mejor versión de nosotros mismos, de visualizar los cambios, de percibir la naturaleza interna y externa, naturaleza que a pesar de que permanece majestuosa, en ella hay dinamismo y que hay trasformaciones, y sobre todo es la oportunidad para conectarte con tu centro energético y atesorarlo como el regalo más preciado que la vida te ofrece, debido a que donde pones tu atención pones tu esencia; comprender lo anterior hace que revista de importancia la forma como empezamos el día y lo culminamos, dado a que esto interfiere en tu relación con el entorno; todo estamos propenso diariamente a experimentar situaciones o acciones que por condición natural van a requerir de una forma de reaccionar, y esas reacciones están directamente influenciada desde el momento que despertamos hasta que nos acostamos, debemos minimizar las excusas que nuestras reacciones depende del grado o intensidad de la condición externa, cuando comprendemos que nada de lo que esta externamente nos puede hacer más daño que nuestra forma de aceptar, reaccionar, creencias limitantes, discurso o dialogo interno y forma o modo de ver la vida, empezaremos a atesorar la importancia de mantener equilibrado nuestro centro energético y vibratorio, aspecto en el que influye la manera de empezar el día.
El centro de equilibro energético se logra cuando se entiende que tenemos una esencia que no debe estar limitada a condiciones externas, para esto se relacionará lo siguiente; el sol brilla sin importar quien agradezca su brillo, la brisa sopla sin importar quien la quiera recibir, las flores dan su aroma sin importar quien las reciba, los pájaros canta sin importar quien los escuche, el agua fluye por naturaleza propia y por sincronía universal, todo pasa por que nada puede ser perpetuo, cuando esto se interioriza, comprendemos que hacemos parte de un todo donde dando nuestra esencia se le da sentido a nuestra existencia, y para ello necesitamos despertar en todo el sentido de la palabra con la plena conciencia de que un día no es un despertar más, si no la oportunidad grandiosa de empezar una nueva historia.
Por eso te invito a que nuestros próximos despertar sea como te gustaría culminar el día o posiblemente tu ultimo día.
Un abrazo que nos recuerde que somos seres interconectados