Noticias Mindalia.- Aunque a lo largo de la historia de la humanidad hay infinidad de ejemplos de cómo una sola persona o grupo de personas ha dominado o manipulado a su congéneres, uno de los casos más conocidos es el de los nazis.
El Ministro de Propaganda, Joseph Goebbels, es una de las mentes más maquiavélicas y astutas que se han conocido, ya que fue capaz de orquestar un discurso que caló tanto en las masas, que llegó a tener terribles consecuencias.
Todo se basa en una estrategia, un proyecto patológico que, casi a modo de experimento, fue implantándose en las mentes que, temerosas de enfrentarse al canciller, asumieron roles que nunca se hubieran imaginado que tendrían que asumir.
Desafortunadamente, hoy día, todavía existen zonas castigadas por dictaduras y líderes sin reparos que someten a quienes les rodean, pero en nuestro día a día, también podemos aplicar ciertas técnicas para evitar que nos manipulen.
Uno de los principales pasos es evitar que nos convenzan de que solo existe una única fuente del mal o que solo un sector de la población es culpable de todos nuestros contratiempos, algo que suele ocurrir, por ejemplo, con la inmigración.
Tampoco es aceptable echar en cara a otras personas cosas o errores que nosotros también cometemos o que son defectos propios. Además, hay que saber evitar a personas egocéntricas que quieran dar relevancia o importancia a cualquier cosa que hagan, por pequeña o banal que sea, y mucho menos permitir que nos hagan sentir que sin ellos, no seríamos nadie.
Las personas manipuladoras tienden a buscar al sujeto más débil del grupo y a intentar promover sus fines a través de él para que así, difunda su mensaje de manera contundente sin gran esfuerzo.
El principio de unanimidad también es algo que suelen utilizar habitualmente, es necesario convencer a la gente de que todo el mundo piensa así. Nuestro deseo intrínseco de formar parte de un grupo o sociedad, hará el resto.