Por Ignacio Asención.- El EGO se esfuerza, cree en el mérito, se preocupa, lucha, se defiende, se queja, se sacrifica por los demás, finge, se compara, sufre, busca causas hasta el cansancio, duda, huye de determinadas emociones, odia, evita, necesita, tiene miedo… se culpa y culpa a los demás.
El CORAZÓN está lleno en todo momento, acepta, da lo que sabe dar sin proponérselo, es honesto, integra el dolor pero no se apega, suelta el entendimiento cuando es inútil, confía, enfrenta, ve la vida con humor, se conduce con decisión a la mejor acción, declara su verdad… Y por sobre todo: no rechaza ninguna de las experiencias que le tocan vivir al ego. Las observa y se compadece amorosamente como un padre o una madre que está viendo a su hijo en la situación de aprender a caminar.
Ignacio Asención