Por Chantal Camacho Chávez.- Escribe en un papel cuál es, ponle un nombre a ese dolor.
Analiza lo que estás aprendiendo de este dolor.
Agradece por la experiencia de vida y despidelo repitiendo estas frases en voz alta:
«Dolor (el nombre que le pusiste):
Gracias por mostrarme lo que necesitaba cambiar, gracias por abrirme la consciencia, gracias por las herramientas y recursos que descubrí a través de ti, ahora te libero de mí, te suelto, ya no te necesito, te doy las gracias y te dejo ir con AMOR.
Hoy cierro este capítulo de mi vida en el que estuviste presente tú, te sepulto con amor, gracias»
Inhalas, exhalas y sueltas ese dolor varias veces.
Si lo prefieres, puedes hacer un acto simbólico de escribir el nombre de ese dolor en un papel y luego romperlo y enterrarlo por ejemplo o quemarlo, eso transforma la energía y la psique que trabaja con símbolos lo podrá reconocer.
Enseguida puedes abrir tus brazos hacia los lados, para expandir tu chakra del corazón, para abrirte a vivir nuevas experiencias.