Home » Artículos » Conformarse con medio gas

Conformarse con medio gas

Por Lucía Odóñez Luque.-«Conformarse: aceptar voluntariamente algo que se considera insuficiente o no satisface completamente un deseo, ilusión o necesidad«.

No me conformo… desde la serenidad, desde la calma, desde la confianza, sin miedo por no ver lo que vendrá. Pero no me conformo, sé que esto no es lo que quiero y no me voy a entretener pensando en ¿y si no viene nada mejor? no, no pondré ahí parte de mi energía, porque eso no me suma, me resta y aquí no hemos venido para restar.

Cuando haga balance de mi vida no quiero pensar, me conformé aquí y allí y en aquello de más allá. No quiero dejarme nada por hacer sólo por miedo a no encontrar algo mejor. Con los pies en el presente y la mirada hacia adelante, sintiendo el ahora, pero sin perder los objetivos. Porque aquí amigo, hemos venido a jugar y que no te cuenten otra cosa.

Estoy segura que mi madre no me parió para que me conformase, sino para que apostase por lo que creo y lo que siento, aunque con el paso de los años y con las experiencias, ese sentir y manera de ver la vida cambie. Pero seguro que me trajo al mundo o yo elegí venir, para apostar con pasión por lo que crea y sienta en cada momento.

Empleo apostar en lugar de luchar, porque el termino luchar no estoy segura que quiera usarlo, por la connotación negativa que tiene; lucha, guerra, sufrimiento, sacrificio…y quiero alejarme de eso. Las cosas cuestan y a veces duelen, pero eso es muy diferente a sufrir o padecer. Sólo quiero dolor sano, como el de las agujetas, porque es dolor de crecimiento, ese dolor sí está justificado, pero el sufrimiento no, engancharnos ahí no suma. Y es que tampoco creo que hayamos venido aquí a sufrir, sino a disfrutar, como dice Sergi Torres «disfrutar es dar frutos«. Y si hemos venido a dar frutos, si estamos disfrutando no podemos estar sufriendo.

La vida está en constante cambio, nada es permanente, «la impermanencia de los ciclos«. La vida es cambio y evolución y sólo eso es lo seguro. Lo que ocurre es que nos venden humo y nos quieren hacer creer que podemos pagar un «seguro» y entonces nos conformamos con una relación, un trabajo o una situación insuficiente, porque creemos que es mejor tener algo insuficiente que no tener nada. El precio que pagamos es nuestra libertad para indagar y seguir apasionados por el deseo de nuestro ser. Pero quién dice que es mejor la insuficiencia que la nada, la nada se puede llenar en su totalidad, la insuficiencia es carencia, es un quiero y no puedo, es resignación.

Creemos que pagamos un seguro (en este caso a no quedarnos solos), nos quedamos conformándonos, al lado de esa persona que igual nos da migajas de su amor o que me quiere mucho, pero a su manera y me quedo con un amor a medio gas. Pero… me conformo, porque esto al menos es «seguro» y el precio que pago es renunciar a amar con todo mi ser. A mí me parece un precio muy alto, porque nos estamos conformando con algo que pensamos que al menos eso lo vamos a tener ahí y no estaremos solos. E incluso así, muchas veces después de habernos conformado con una relación durante años por miedo a una ruptura, ésta acaba ocurriendo y además del precio que has pagado, ocurren tus mayores temores. Vivimos la vida como si no nos fuésemos a morir y eso es la única certeza que tenemos y la obviamos. Nos conformamos con una relación que no nos satisface completamente, por miedo a quedarnos solos y quedarnos sin nada. Pero es que la nada y el todo es lo mismo, si no te conformas con una relación que no te satisface y te quedas sin nada, dejas el camino libre para que entre todo.

Evitamos saltar y tomar decisiones, porque estamos tan plagados de miedos como un perrito abandonado con las orejas plagadas de garrapatas. Sé que es una imagen muy desagradable, pero ante una decisión en la vida, cuando no sé si tomar una opción u otra, cuando no sé si saltar, me veo a mí misma así, como si yo fuese un perrillo asustado y todos mis miedos unas garrapatas enganchadas que me chupan la sangre y me paralizan. Y en ese caso, cuando me veo de esa manera, desde fuera, no puedo evitar hacer algo por salvar a ese cachorro de esos parásitos que le restan vida y salud. Eso me da fuerzas para despejarme los miedos, sacando la garrapata desde la cabeza, buscando el origen del miedo, para que no se quede parte dentro y me libere de él de verdad. Ante una bifurcación en la vida, ¿qué te hace elegir un camino u otro, el miedo o el amor? ¿has elegido este camino por miedo al fracaso y a no encontrar algo mejor o lo has elegido por amor a lo que sí quieres que esté en tu vida?

Acepta lo que es sin pretender cambiarlo, pero no tienes que conformarte con lo que no quieres, tienes derecho a elegir lo que quieres para ti. Estés en el punto que estés ahora mismo, hay un campo infinito de posibilidades por explorar aún. No te lleves al miedo parásito contigo, porque te resta salud, vida y energía.

Siempre suma.

Lucía Ordóñez

www.saliendodelarueda.com

 

 

También te puede interesar

Situaciones límite: el camino directo a tu despertar

La vida, a veces, nos presenta desafíos que parecen insuperables. El estrés, la ansiedad, la ...

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *