Por Isabel María Campillos Pérez.- La vida es puro contraste, todo aquello que encontraste mientras trasteaste.
Día-noche, Sol-Luna, Frío-Calor.
La vida, como el mar, deja todo en su justo lugar, sin perpetuar.
Haciendo que suba la marea, para ver como tanteas.
La vida, como los amores, compuesta por multitud de colores, sabores, olores…
Regalándote sensaciones, hace que te apasiones, que distorsiones.
A veces tan dulce, otras tan amarga…
¡Aún así termina disipando todas nuestras cargas!
Que nos deja ver luz, otras sombra… ¿De qué te asombras?
Quítate el caparazón, desenvuelve tu corazón.
Sonríe a la vida, siempre regala una nueva partida.
Infinidad de posibilidades, para todas las edades, frente a todas las tempestades.
¡No mires la hora! Vive el aquí y el ahora.
La vida te añora, observa como te devora sin más demora.
Y es que…
¡La vida eres tú!
Tu ser. Desde el amanecer hasta el anochecer.
Cada uno de tus contrastes son arte, que empiece a sonarte.
Bendice tu autenticidad, es la única con la que tendrás «complicidad» creando con ella tu electricidad.
Y es que…
Aunque seamos distintos, todos nos dirigimos hacia el mismo laberinto.
Enciende la llama de tu alma para encontrar la calma.
Ya es menester que escuches la voz de tu ser (esencial), el que te hace ser especial, único ante los demás.
Tú mismo te invitarás a crecer, a SER más no a desaparecer.
Libera y asume tu poder, siente placer.
¡Deja de barrer y esconder bajo la alfombra todo lo que no crees merecer!
Tu propia sombra es pura obra.
Eres dinamita, potencialidad infinita.
Y es que…
cuando entiendes que todo es perfecto, dejas de buscar arquitectos para crear tu destino.
Y consigues SER fluyendo, como yo escribiéndote este texto.
Estoy segura de que existe la cura para cualquier tipo de amargura.
Esta en la figura que perdura, ¡la más dura!… Tu propia caricatura.
Confía en ti mismo, en tu instinto, no temas ser distinto.
Olvidate de ser un robot, del autoboicot.
Pasa de las mediocridades… ¡Hay un sinfín de posibilidades!
¡Eres tú quién decide lo que vales!
Ser coherentes, cosa de inteligentes.
Y volviendo al asunto, pregunto:
¿Por qué no aceptas tus contrastes?
Mirate al espejo, devuélvete la sonrisa, tal cual mona lisa.
En serio, se puede.
Lejos de todo materialismo, surrealismo y falsa humildad.
Fuera de toda hipocresía, pero sin garantías. ¿No te fías?
Elige donde colocas tu atención, tu ambición.
Sácala del cajón y encontrarás la emoción de tu corazón.
Conectate con tu modo ON.
No malgastes tus contrastes… ¡Son puro arte!
Namasté.