Por José Antonio Cordero.- Se siguen criterios de que nuestras raíces están en la familia, como el árbol genealógico, esta tan fuerte esta interpretación que hay obsesión para conocernos mejor a través de saber de dónde vinimos y cómo fueron nuestros antepasados, se busca conocer las relaciones y saber los caracteres familiares para ver cuál de ellos sigue latiendo en nosotros. Evidentemente con el ADN viaja mucho más que la parte química. También existe el Karma familiar que tanta influencia ha dejado, deja y continua.
Otras son las raíces de la raza a la cual pertenecemos. La influencia del karma que habita en el territorio donde nacimos también influye en nuestra persona. Formas de ser que tienen que ver con el lugar donde nacimos porque cada región está gobernada por distintas leyes naturales. La lengua, el acento, el estilo y formas de hablar son influencias de nuestra región.
Pero ninguna de esas raíces nos hace fuertes ante la adversidad. Conocer las raíces antiguas, bien sean familiares, sociales o regionales, no nos hace fuertes ante la adversidad.
La raíz que nos hace fuertes es la nuestra, la más íntima, la única entre millones de millones. Es la identidad personal, nuestro Ego, que disfruta de la vida gracias a los canales abiertos del sistema nervioso. La RAIZ HUMANA ES EL SISTEMA NERVIOSO. Ese es el estando fuerte nos hace soportar cualquier dura adversidad. Ese que cuando está bien abierto y despierto es capaz de discernir no solo la oscuridad de la luz sino también sus múltiples etapas de colores y manifestaciones. La capacidad de discernir los mínimos detalles de la vida dependen del sistema nervioso. Algo que se habla mucho en la cultura oriental es sobre el color del aura que desprende cada persona, pero este aura es visto únicamente por personas con un sistema nervioso refinado, el resto solo ve caras y colores diferentes en el pelo. Esa es la diferencia entre las personas ordinarias o normales y las personas extraordinarias y superdotadas.
Tal como queramos ser así seremos. Tal como dirijamos nuestra atención así seremos. La distinción entre las personas normales y las extraordinarias está en el sistema nervioso. Las diferencias serían comparables con las variaciones que tenemos en diferentes días dependiendo de cómo esté el sistema nervioso, cuando está muy alterado, estresado y agotado las cosas bonitas no se perciben, las relaciones se alteran e incluso entran en graves conflictos. Los insultos son explosiones del sistema nervioso por la acumulación de tantas incrustaciones sufridas por el estrés y mala alimentación. El envenenamiento del sistema nervioso afecta a los estados de ánimo. La ansiedad, neurosis, esquizofrenia… son alteraciones del sistema nervioso. El resultado es que aquello que se ve es aquello que habita en nosotros. Ver mejor o peor las cosas depende del sistema nervioso. Los estados emocionales dependen del sistema nervioso.
Del dulce sueño a las pesadillas nocturnas, de la alegría a la tristeza, de la paz a la guerra, son polaridades que dependen del sistema nervioso.
Nuestra fortaleza depende del sistema nervioso. De la super inteligencia a la torpeza, de tener una maravillosa intuición a no ver nada, de la capacidad artística suprema al arte callejero hay un abismo. Todas esas diferencias dependen de las diferentes formas en las que funcione el sistema nervioso.
Las diferentes formas de hablar dependen del sistema nervioso. La ansiedad, la astucia, las malas intenciones, la prepotencia y las ganas de notoriedad, igual que las ganas de ganarse adeptos, expresan la salud del sistema nervioso que habla. La dulzura natural nada tiene que ver con la engañosa forma de conquistar, ganar clientes o amistades. La amistad de conveniencia nada tiene que ver con la Amistad pura, ahí interviene notoriamente el sistema nervioso.
La comida juega un papel fundamental para desarrollar diferentes patrones de funcionamiento del sistema nervioso. El orden que nos regala la naturaleza no lo encontramos en ninguna otra parte. Al comer animales recibimos mucho más que su ADN. Al comer huevos y huesos, esencias físicas, recibimos mucho más que el ADN animal.
Las cualidades que tienen los frutos ecológicos llevan el sello de la naturaleza que nos otorga la cualidad de relacionarnos mejor con ella. El refinamiento del sistema nervioso tiene muchísimo que ver con la comida ecológica.
Otras formas de refinar el sistema nervioso es a través de técnica mentales. La repetición de mantras de forma apasionada, insistente, o con devoción ordinaria, no son precisamente formas que permitan refinar las cualidades del sistema nervioso y que nos permita discernir como gozar sublimemente de la naturaleza y de todo cuanto nos rodea.
La insistencia en la forma espiritual es comparable a la insistencia en tener muchos bienes materiales, es decir vida materialista, que trata de tener más y más frutos, olvidando por completo el cultivo de la propia raíz hará que el cualquier momento el peso de los frutos sea muy superior a la capacidad que soporte la raíz y así es como el árbol de la vida cae, se pierde todo, se pierde la vida, llega la muerte por el afán de tener y tener, por el afán de hacer y hacer, tengo que hacer esto y después lo otro, y mañana saldremos con el cochazo a pasear, disfrutando de una buena comilona, y si hace falta copa y puro…pero así en el cualquier momento todo se pierde. Y el orgullo dice: “que me quiten lo bailao.” … pero no te das cuenta que has bailado al son callejero que difiere tantísimo del arte de bailar tal como hacen los grandes maestros. Pues sí, esta misma comparación nos sirve para diferenciar entre lo callejero y lo auténtico, del folklorismo al arte más refinado. Las formas de sentir son completamente diferentes.
No trates de ser ordinario, ni ser una persona normal, no permitas que las influencias antiguas y costumbres familiares te hagan una persona vulgar. Haz de ti un auténtico héroe de la vida, un auténtico artista del saber vivir. La diferencia del disfrute es enorme. No es lo mismo que un oído vulgar escuche una música a que sea el oído del artista.
Las diferencias están en el sistema nervioso. Saber nutrirse con exquisitez hace personas exquisitas, extraordinarias. Nutrirse según insanas costumbres antiguas hará personas comunes, vulgares, listas, astutas, de todo lo que hay en el mercado. Pero la exquisitez está en otro lugar, que está abierto para todos los que deseas saborear la vida muchísimo más.
No hay mayor deleite que tener una mente y un cuerpo que viva en sintonia con la Ley Natural.
Una adecuada técnica mental, como la meditación trascendental, permite refinar el sistema nervioso, elimina el estrés, fatiga y tensión, pero consigue algo más dulce, hace que con la práctica regular la mente empiece a discernir niveles cada vez más profundos de la vida. A esto nos referíamos con discernir entre los diferentes colores. No basta con la luz normal del día para decir que vemos bien la vida, hay que discernir mucho más. Captar más es Conocer más. Más Conciencia más Sabiduría.
Si tienes raíces profundas el miedo no te pertenecerá nunca, pero hay mucho más cuando la raíces son profundas y es que si la Alianza con la Ley Natural es completa las adversidades naturales tampoco te encontrarán. Es la diferencia de estar bien enchufado a la vida o estar viviendo desenchufado. Es la diferencia de estar Iluminado a estar viviendo simplonamente.