Por Jorge Bechara.- Debemos estar conscientes que cada vez que repetimos o mencionamos una palabra, sea bien calificada o mal calificada, estamos creando una realidad existencial, muchas veces irreparables.
Cada vez que repetimos palabras como: Cáncer, guerras, enfermedad, miseria, odio, separación, dolor, pobreza.. Estamos creando una energía destructora que nos va envolviendo hasta atraer otras energías afines, y cuando nos damos cuenta, estamos viviendo eso que hemos decretado consciente o inconscientemente.
Por tal razón es de vital importancia saber decretar y expresarnos correctamente para evitar contaminarnos con palabras que mas que palabras, son «entidades» que están esperando ser solicitadas para venir a dañarnos.
Las palabras son como espadas o besos.. Si decretamos positivo, el efecto será como besos que rozarán nuestra esencia y nos sentiremos bien.. Si por el contrario, deseamos mal, maldecimos, dañamos verbal o mentalmente y odiamos, recibiremos por ley de vida, espadas que atravesarán nuestra alma y por karma no seremos felices, pues.. Tarde o temprano todo regresa a la fuente creadora.
Procura que tus palabras besen vidas y no causen heridas, cuida más de ti.