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Del olvidado conócete a ti mismo

Por José Antonio Cordero.- “Conócete a ti mismo” la antigua frase, clave en la verdadera filosofía. Desgraciadamente esta leyenda ha cambiado de sentido por la sicología moderna y no tan moderna.

Leyenda o legenda quiere decir ‘debe ser leído’ pero mejor aún debe ser entendido, bien interpretado para conocer su poderosa realidad. Sí, muchas veces se lee y tal como se lee se desecha, parece quedar un ratito pero enseguida se elimina cual comida laxante. Esta es la realidad, pero no es porque la frase sea difícil de asimilar, sino por la falta de capacidad para asimilar su profundo conocimiento.

El conocimiento puro es el más poderoso purificador, pero para que purifique es necesario asimilarlo, de otra forma diremos qué bien, qué bonito, me ha encantado, y cual comida sale en menos de 24 horas del cuerpo. El conocimiento que se asimila tiene la capacidad de purificar porque nutre la mente, nutre cada tejido del cuerpo, nutre tanto al sistema nervioso que lo purifica eliminando traumas y tensiones antiguas. Este proceso de eliminación no es reconocido por la mente, no sabe qué tipo de tensiones se han eliminado, es algo inteligente, es decir, cuando se saca la basura no es necesario meter la cabeza dentro de la bolsa para ver qué va dentro.

Ser un fiel intérprete es básico para mantener la pureza del conocimiento, de otra forma se distorsiona y se entiende de otra forma, eso mismo le pasó a la frase “Conócete a ti mismo”, donde la sicología moderna, New Age y nuevas corrientes espirituales lo interpretan como un proceso de conocer todas las facultades y defectos humanos.  De esta forma  se conoce una parte de la existencia humana, pero es tan cambiante como su cuerpo. En cada estación el cuerpo cambia, la mujer al ser más sensible cambia según su hipotálamo, según cambia la luna cambian sus hormonas, son cambios que hasta sorprenden. Dicen los maridos que no llegan a conocer a su mujer… pues anda que la mujer al hombre.

Igual que una persona debe saber vestirse adecuadamente, referido a no ponerse la chaqueta mirando hacia atrás, igualmente conviene saber los detalles importantes de nuestra personalidad, saber dónde están los ‘botones’ claves de nuestras habilidades para saber fomentarlas. Esto quiere decir que si un hijo o estudiante tiene habilidad para estudiar letras o filosofías, sería un error forzarle para que se doctore en ciencias. Conocer esas partes cambiantes está bien, pero así nunca se llega a la raíz en ninguna de nuestras facetas.

La mente humana es como un tren que nunca descarrila por alta velocidad, solo el cuerpo colapsa por tanto estrés, pero la mente sigue a su velocidad. Y la mente desenfrenada coge un cuerpo y lo quema, y vuelve a coger otro y otro y mil más.  La mente es incesante cuando va por los carriles superficiales de la vida, pero su ansiedad se debe a que nada le llena lo suficiente, es como un hijo que va en busca de su madre, no para nunca, hasta que la encuentra.

Conocer ciertas facetas humanas es como el tren pasando por diferentes estaciones de la vida, no para, y aunque pare unos instantes luego vuelve a salir disparada, esa es la naturaleza de la mente, buscar hasta encontrar su meta.

Conocer cómo soy en casa, cómo trabajo y cómo me comporto con mis compañeros, con los amigos o con la familia, eso está bien, es como ponerse la chaqueta adecuadamente. Otros quieren ser superhombres tratando de conocer más detalles de la actividad mental e intentan conocer  las emociones siempre cambiantes, pero como nunca llega a anticipar lo que va a suceder se convierte en Superman, y hasta se pone el calzoncillo encima del pantalón, viaja por los aires, tiene la mente por las nubes (típico del buscador desconcertado) pero al final seguirá sin ‘conocerse a sí mismo’.

La mente no encuentra acomodo en ninguna estación, la mente solo la detiene su propia madre. ¿Quién es la madre? La Ley Natural, la madre de todas las leyes de la naturaleza, la que gobierna todas las estaciones, es la madre de todas las estrellas, planetas y todas las manifestaciones.

En el infinito potencial de la Ley Natural hay un ejecutor, el Gran Creador, llamado ‘EL SER’, es el estado más puro de la existencia, que está bien acompañado por su Inteligencia Pura y Creatividad Infinita con la que mueve Todo con un Orden Perfecto.  Allí es donde quiere llegar la mente, por eso corre a alta velocidad.

Parar la mente, detenerla,  ensimismarla con cuentos cuánticos preciosos, con historias de visiones alucinantes, allí la mente puede quedar atrapada, contenida, fijada ante los altares llenos de velas y flores, y allí creerse estar en la presencia del Ser… qué bonito todo, hasta que la mente por algún motivo cae en uno de los saltos estacionales y se da cuenta que lo experimentado no era lo que estaba buscando y saldrá corriendo, ahora con más velocidad y confiando menos en otros porque la entretuvieron, la engañaron, perdió el tiempo… y hay millones y billones que pierden una vida tras otra por la misma razón.

Hay cosas que gustan mucho y la mente las disfruta, la vida es para disfrutarla, para sentirse bien, pero la mente dará un salto inesperado porque los entretenimientos también la cansan, y seguirá hasta que encuentre a su madre, su Hogar.

¿Cómo se comportará la mente que ha sido iluminada por su madre? Solo ella podrá contar su propia historia. No hay signos externos para identificar a aquellos seres que encontraron su meta. Aquellos que disfrutan tal estado de bienaventuranza y felicidad pueden reconocer la presencia de otros seres similares. Los devotos de los iluminados no avanzan más por gestos hacia sus santos, sino por su habilidad en conocerse a sí mismo. La excelencia del Maestro está en saber mostrar el camino y no confundir aún más a las mentes. El riesgo de los maestrillos está en sus librillos llenos de errores, cuantos más errores enseñen más aumentará la ignorancia. El maestrillo cree saber porque la mente está ensimismada ante tanta información acumulada, hasta estudia física cuántica, cree ser una Antorcha, pero es igual a Atocha, una estación que al final reconocerá como pasajera.

CITA CON LOS GRANDES

“El conocimiento de uno mismo es el primer paso para toda sabiduría”. – Aristóteles

“Feliz el que ha llegado a conocer las causas de las cosas”. – Virgilio

“El conocimiento sólo puede ser recibido de una manera, a través de la experiencia, no hay otra manera de saber”. – Swami Vivekananda

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