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Del vientre a la tumba, libre albedrío

Por Ruder Rueda.- Conversando un poco con mi niño interior y reflexionando sobre las decisiones que toman las personas durante su vida, me encontré respondiendo a todas mis preguntas casi sin darme cuenta. “Libre albedrío”, una frase controversial, sometida a discusiones y posiciones radicales a través de los tiempos, que además, parece no tener sentido para muchos. Pues, al respecto puedo decirles que es algo simple que no requiere de gran explicación, simplemente necesitamos olvidarnos de la ilusión del control.

Solo existe una cosa sobre la cual tenemos control en nuestras vidas, y es sobre las decisiones que tomamos, el resto no depende de nosotros. Lo mismo aplica para los que piensan que pueden controlar lo que deciden otras personas, eso también es una ilusión. Pensar, que si alguien hace lo que le dices lo controlas, es una percepción errónea, ya que al final siempre está el libre albedrío, y la decisión de hacerlo o no es de la otra persona.

Las almas son libres, siempre deciden, sea cual sea la edad, situación o las consecuencias. Es inútil tratar de imponernos o de persuadir a los demás a tomar esta o aquella decisión, porqué al final su libre albedrío prevalecerá. Cuando un alma por ejemplo, decide venir a este mundo, está haciendo uso de ese libre albedrío, nadie lo obliga a hacerlo, y una vez que lo hace, no hay nada ni nadie que pueda impedírselo, y lo mismo sucede cuando decide irse. En el caso de los niños pequeños, muchos tienen la creencia de que nosotros decidimos por ellos, pues, no es así del todo, ya ellos decidieron quienes serían sus padres o, quienes los cuidarían mientras no pudieran valerse por sí mismos. Como padres, podemos tratar de guiar a nuestros hijos por un camino que nosotros pensamos que es el mejor, pero es nuestro mapa y no el de nuestros hijos. Al final ellos tomaran su decisión de seguirlo o no, y no podremos evitarlo.

Lo mejor que podemos hacer por ellos es enseñarles a tener confianza en sí mismos, en sus capacidades y potencial, que sepan que son seres únicos, maravillosos y que tienen todo lo que necesitan para lograr lo que deseen y ser felices, por lo que deben amarse como son y amar a su prójimo como a sí mismo. El mejor ejemplo que podemos darles es alcanzado nuestros sueños y hacer lo que nos llene el alma de alegría. Al hacerlo, les mostramos que si se puede.

Una persona feliz, es un alma que ilumina el mundo y hace felices a otros. Es la mejor muestra de amor hacia nuestro prójimo.

Hagamos lo que hagamos existe siempre el libre albedrío, y no podemos controlar eso en los demás. Las decisiones que tomen las otras almas no dependen de nosotros. A nosotros nos corresponde tomar las nuestras propias, e incluso, no tomarlas, eso también es parte del libre albedrío.

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