En Brasil, los humanos y los delfines han aprendido a pescar de forma sincronizada, una asociación un tanto extraña pero que reporta beneficios para ambas partes, pues ambos consiguen más peces.
Esta práctica lleva siendo observada por científicos más de quince años pero es ahora, con la implementación de nuevas tecnologías y el uso de drones e imágenes submarinas, que se ha podido observar que su caza es más fructífera si trabajan en sincronía.
En el estudio, se confirma lo que los científicos pensaban, los delfines coordinan activamente su actividad cuando los pescadores lanzan sus redes. Esta práctica reporta beneficios socioeconómicos a los trabajadores a la par que favorece la supervivencia de los delfines de la zona.
Pese a todo, esta práctica se encuentra en declive y solo se da en lugares específicos en todo el mundo.