Una investigación liderada por científicos franceses, japoneses y egipcios bajo el nombre de ScanPyramids lleva desde 2015 desentrañando los entresijos del monumento funerario del faraón Keops y descubriendo nuevas cavidades y vacíos misteriosos.
Estos resultados se han logrado gracias a la tomografía de muones, una tecnología que utiliza rayos cósmicos para generar imágenes tridimensionales de diferentes volúmenes y documentar lo que está oculto.
Los investigadores han dado a conocer el hallazgo de un pasillo desconocido de unos nueve metros en la fachada norte de la pirámide, donde se encontraba el acceso principal, y que se escondía tras un «chevron», unas piezas oblicuas que tenían una finalidad arquitectónica y no decorativa.