El invento, llamado «SharkGuard», emite un breve pulso cada dos segundos que repele a los tiburones y las rayas de los anzuelos de pesca.
El creador del artilugio explicó que los tiburones y las rayas se diferencian de otros peces por tener nano-receptores en la piel. Así pues, la emisión de estas ondas los alejarían del lugar para así evitar ser capturados.
En las pruebas, el SharkGuard ha demostrado ser muy eficaz. Es capaz de reducir la captura del tiburón hasta en un 91% y la de la raya en un 71%.
El investigador y creador del objeto asegura que el éxito de la prueba del dispositivo constituye una «historia realmente bonita de optimismo oceánico».
Solemos oír continuamente historias sobre el declive de las especies, pero existen empresas y asociaciones que están luchando continuamente por revertir esta situación. Si todo sigue según lo previsto, SharkGuard estará disponible comercialmente en 2024.