Según un estudio del Hospital Universitario de Lausana (Suiza), se afirma que, dormir la siesta un par de veces por semana, reduce el riesgo de sufrir ataques cardíacos.
Durante nada menos que 5 años, se ha hecho un seguimiento a 3.400 personas de diferentes edades. Cada día, los participantes daban parte de si dormían o no la siesta, durante cuánto tiempo y en qué momento del día.
De esas 3.400 personas se presentaron 55 infartos y, curiosamente, en quienes no añadían ese periodo de sueño adicional a su día.
La labor científica ha sido muy bien detallada, pudiendo aclarar el claro vínculo existente entre el descanso y la salud cardiovascular. Además, ha podido también afirmarse que, dormir la siesta, es clave para la gestión emocional; permite encontrar calma en momentos de estrés.