Por José Antonio Cordero.-Hay un proverbio que dice “Es una bendición no recordar los días de la pobreza”. Hemos olvidado la historia de nuestros padres y abuelos, aquellos que tuvieron que empezar a trabajar no solo en la juventud sino también en su niñez.
Lorenzo, a la edad de 8 años, comenzó a trabajar porque su padre falleció, era el único varón de la familia, su primer trabajo fue pastor de cabras, y con sus libritos, cuaderno y lápiz, sentado en una piedra, estudiaba mientras pastaban. Siguió avanzando y este gran caballero fue premiado como mejor empresario. Orgulloso de ser tu hijo.
Miles de buenas historias nos han regalado nuestros mayores. Con su entrega salimos de la miseria y de aquellos niños salieron luego grandes señoras y caballeros.
Niños trabajadores que luego fueron excelentes padres y a quienes debemos una vida mejor. Sus defectos fueron tapados por su noble voluntad y empeño. Su motivación por el trabajo era tan grande que hoy muchos desesperarían viendo el panorama actual.
La esclavitud debería impedirse en cualquier parte, y mucho más en niños y jóvenes que deberían estar en el colegio.
Pero si echamos un vistazo a muchos hogares, veremos que muchos padres son esclavos de hijos que por ser estudiantes parecen estar exentos hasta de mover un dedo. “Por favor mamá, enciende la TV, que aquí no tengo el mando”,… ni se levantan!!! Otros ni estudian, y en casa hacen menos todavía, pero no les falta ni la play, ni móviles de lujo… Hay padres que ni se atreven a decir a sus hijos, por favor, baja a comprar el pan, porque temen que les respondan ‘y una leche’. Padres temerosos de sus hijos que no les piden ayuda porque están ocupados con los juegos del portátil. El grado de vagancia se está ocultando, pero es alarmante, es una epidemia pero afortunadamente no es pandemia.
Entristece más ver esas situaciones en hogares modernos que ver a niños pobres que estudian y luego trabajan en el campo o ayudan a sus padres, familiares o amigos. Triste es que los niños pobres no puedan estudiar, pero más triste es ver a quienes pueden y no lo hacen.
El sistema educativo se ha colgado la medalla de oro al fracaso escolar. Pero hoy analizamos si es bueno que los niños trabajen, que los niños y jóvenes hagan cosas productivas o creativas.
El trabajo siempre dignifica, siempre es bueno. Hemos nacido en un mundo en donde la comida y el hogar no aparecen mágicamente en la mano. Hay niños y jóvenes que eluden pensar sobre el esfuerzo que realizan sus padres. La exigencia por el derecho a comer, vivir bien y tener todas las tecnologías acalla el propio deber personal.
El deber natural tiene que ser aprendido a muy temprana edad. La irascibilidad queda calmada cuando se experimentan las grandes ventajas del cumplimiento del deber.
Las excusas, el decir de antemano que no soy capaz, la falta de voluntad y más retraimientos se ven enseguida. Sin embargo, aquellos que tienen una alegre predisposición a hacer cualquier cosa destacan rápidamente, su actitud evolutiva les llevará a la felicidad del éxito. La naturaleza reacciona a la acción individual y quienes se muevan en favor de la ley natural se verán recompensados de forma inesperada.
Dice el Bhagavat-Gita: “La acción es siempre superior a la inacción, incluso la supervivencia del cuerpo depende de la acción”. Esta ley natural de la acción es visible en todo momento, incluso las personas mayores que se jubilan deben hacer algo que les entusiasme, porque el hacer les da vida. Pero algunos se ponen a trabajar unas horas en su huerto o en el del vecino, llegan los inspectores y les sancionan o les quitan la pensión… tela marinera, menuda ‘caza’ y falta de respeto a quienes han dado tanto por todos. La avaricia del mosquito que chupa sangre al débil.
El trabajo es bueno en todo momento, y hay que realizarlo cada día, desde muy temprana edad hasta horas antes de expirar. Que cada uno realice su trabajo según su edad y responsabilidad, porque hacer siempre es mejor que sestear.
Todos los niños tienen que estar escolarizados, pero la educación tiene por objeto elevar el nivel de consciencia del estudiante. A través de la acción nos adentramos en la Vida, ahí aprendemos muchísimo. El conocimiento de uno mismo es primordial, después interesa especializarse en la ciencia con la que más nos identifiquemos.
La principal enseñanza, el conocimiento que nos libera de la esclavitud y nos hace Sabios, no se encuentra en ningún libro, sino en la habilidad de “entrar en la conciencia pura”, y luego hay que actuar, porque así se despliega el potencial interno.
La acción realmente es la forma de dar vida al Sentimiento, es el disfrute de la consciencia que desde la paz interior, se glorifica la naturaleza de la existencia. La acción nos ayuda a ser más y ayuda a otros a tener más.
La ACCIÓN es necesaria, sin acción no hay vida. Sin hacer cosas no se puede vivir ni ser felices. Sin Acción es muy difícil llegar a la plena Sabiduría. Es vital que la personalidad trabajadora sea fomentada lo antes posible. Es vital que toda labor sea hecha con alegría y esmero.
Grave error girarle la cara a la acción, que luego va seguida del giro al dormir; es enfermizo no querer dormir de noche, pero sí de día, y así se evitan las ‘tentaciones’ de hacer cosas.
¿Qué estamos permitiendo a nuestros hijos? ¿Por qué no hay un principio de motivación ni de invitación a hacer desde que son niños? Padres ‘bonachones’ que hacen su trabajo, hasta sus deberes escolares… ‘que no les falte de na, que no, que no!!!
Los niños pobres aprendieron a ser mayores muy pronto y gracias a ellos se levantaron países hambrientos y destrozados por las guerras. No debería ignorarse el riesgo de que corren muchos niños con ropa de marca, porque pueden estar marcando su camino hacia la pobreza, hacia la miseria.
“Bien comido y bien bebido se aguanta mucho tendido”
Sin iniciativa y buena voluntad el trabajo se convierte en una pesadilla. ¡¡Con alegría, salero y esmero trabajó el caballero!!
¿Es mejor estar 4-6 horas viendo la TV, jugando a la play, whatsaap, o realizar 3 horas al día dedicadas a un hacer evolutivo y creativo? Algo tan simple como acarrear un kilo de cemento es más evolutivo que estar tumbado en el sofá.
Los niños también deben jugar, deben aprender música, canto, baile, deportes, etc. pero no brillarán en nada si les falta predisposición e ilusión por hacer cosas.
Hay que inculcarles que la vida en Plenitud viene a través de la unión del Silencio con la Acción. Deben aprender que el silencio del corazón, el sentimiento, si coexiste en la actividad, cada acción será de un gozo insuperable.
Todos deberíamos saber vivir en alianza con la ley natural, sin eso no habrá Respeto profundo, ni Felicidad.
La Prosperidad no tiene límites en el ‘deber y hacer natural’.
**** ***** CITA CON LOS GRANDES **** ******
“Empieza por hacer lo necesario, luego haz lo posible, y de pronto estarás logrando lo imposible” – San Francisco de Asís
“No le pongas excusas a lo que no puedes terminar. Enfócate en todas aquellas razones por las que debes hacer que suceda” – Ralph Mars Tou
“La EDUCACION es el encendido de una llama, no el llenado de un recipiente” – Sócrates
“En cada niño nace la humanidad” -Jacinto Benavente
“Todo el mundo sabe que los viejos son doblemente niños” – Aristófanes
José Antonio Cordero
Director
AGRICULTURA VEDICA MAHARISHI.
agriculturavedica@gmail.com
Profesor
CIENCIA DE LA INTELIGENCIA CREATIVA y
MEDITACIÓN TRASCENDENTAL.
Universidad MERU 1979.