Linda Taylor, de 70 años de edad y vecina de Minneapolis, apodada como “la señora de la sopa” (trabaja como voluntaria en un comedor benéfico de su barrio dando de comer a personas sin recursos), iba a ser desahuciada de su casa, pues su arrendador quería vender el inmueble y ella no podía hacer frente al importe de su compra.
Linda sobrevivía de sus ahorros y, a principios del pasado año, recibió una carta en la que se le solicitaba el abandono de la casa.
La voz se corrió y sus vecinos lanzaron una campaña comunitaria para salvar el hogar de Taylor. Se consiguieron donaciones muy altas y, en tan solo cuatro meses, se han recaudado doscientos setenta y cinco mil dólares (dinero suficiente para poder pagar la vivienda).
Actualmente Taylor dice estar tremendamente agradecida por la ayuda de su comunidad y prepara cenas y encuentros para todos los vecinos que quieran ir a visitarla o compartir un rato juntos.
“Después de tantos años, sabía que mis vecinos me amaban, pero no sabía cuánto. A mi larga edad he podido comprobar que, realmente, la vida acaba devolviéndote el amor con que tratas a los demás”, alegó recientemente en los medios del lugar.