Un reciente estudio ha demostrado cómo el consumo regular de aceite de orujo de oliva tiene efectos positivos en la salud cardiovascular y en otras patologías como la diabetes y la obesidad.
Este tipo de aceite se obtiene a través de los restos de aceituna que quedan tras extraer el aceite de oliva virgen. Los resultados se han obtenido a partir de algunos ensayos clínicos en ciento treinta y dos voluntarios (algunos sujetos sanos y algunos de riesgo) comparando el efecto de este aceite con el de girasol y el girasol alto oleico.
Estos ensayos han mostrado efectos positivos de un consumo regular de aceite de orujo de oliva frente a la enfermedad cardiovascular. Por otra parte, el consumo de este aceite también disminuyó significativamente el perímetro de la cintura en los voluntarios.
Asimismo, han evidenciado un descenso en los niveles de insulina y en el índice de resistencia a esta, asociados a un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad, mejorando en cambio la sensibilidad a la insulina, lo que podría implicar un menor riesgo de padecer diabetes.