Por Ramiro Calle.- Hace unos días José Ignacio Vidal Morán ha regresado de un significativo viaje por la India de casi dos meses y que ha tenido un relevante carácter espiritual. Los lugares que más han «tocado» espiritualmente a José Ignacio han sido Benarés y el ashram de Ramana Maharshi en Tiruvannamalai, así como la montaña que tanto venerase este yogui de yoguis, Arunachala, donde acostumbraba a meditar en algunas cuevas y ha tenido también ocasión de hacerlo José Ignacio.
En Benarés ha acudido varias veces a visitar a Mark S. G. Dyczkowski, del que yo había tenido noticias desde hace muchos años, pero que cuando quise encontrarme con él estaba fuera unos días de la ciudad más santa de la India. Mark, además de ser una encantadora persona, que lleva viviendo muchísimos años en Benarés, es especialista en la filosofía tántrica y en Shaivismo de Cachemira. Entre sus valiosas y solventes aportaciones destaca la que hace a la obra «The Aphorisms of Siva», publicada por la editorial Indica, que también ha publicado otras obras excelentes y profundas de Mark.
Mark imparte cursos de su especialidad y es conferenciante. Por si todo ello fuera poco, toca con gran sentimiento el sitar y es un expositor fiable y brillante de la mística hindú. En la foto que comparto con vosotros aparecen José Ignacio y Mark. A su vuelta de India, José Ignacio me ha traído un par de obras de Mark (que gentilmente me ha dedicado) y una inspiradora figurita de Ramana Maharshi, quien decía: «El estado de no aparición del ego es el estado de permanencia del Ser».
Los que estén interesados en contemplar las magníficas fotos de José Ignacio obtenidas en la India y algunos de sus sagaces comentarios, pueden consultar su Facebook: José Ignacio Vidal Morán. La India, lamentablemente, ya no es ni mucho menos espiritualmente lo que era, pero es la cuna del yoga, las más refinadas místicas y métodos de autorrealización y nos ha dejado una incomparable herencia artística, filosófica, literaria y espiritual.