Un equipo de investigadores de la Universidad de Córdoba (España), liderados por el doctor en Ecología Rafael Villar, ha publicado un estudio alertando sobre la degradación del bosque mediterráneo.
La tesis trata de averiguar cómo responderá este paisaje ante los efectos del cambio climático. Para ello, se analizaron las características de algunas especies del bosque mediterráneo, como su tasa de fotosíntesis o de transpiración. «El cambio climático afectará de forma muy negativa a la vegetación de la cuenca mediterránea. Para los próximos años, se ha pronosticado un incremento de 2 a 3 grados de temperatura, y una disminución de cerca del 20% de las precipitaciones», señala el doctor Villar.
Esto significa que las condiciones climáticas van a endurecerse durante el verano, lo que incrementará la sequía. Y, ante la sequía, las plantas del bosque mediterráneo optan por «hacer dieta» antes que perder agua. «Las plantas responden a la sequía cerrando los estomas, que es por donde entra el CO2, necesario para hacer fotosíntesis y el crecimiento, pero por donde sale el agua. Es una respuesta habitual», aclara Villar. Esta respuesta ante los cambios del entorno tiene un nombre: se llama plasticidad fenotípica. Este fenómeno se refiere a la capacidad de cambio que posee un organismo con relación a una señal ambiental, y es la clave de la pérdida de terreno del bosque mediterráneo.
El bosque mediterráneo posee una vegetación dividida. Por un lado, las especies xerófilas, como la encina, poseen una baja plasticidad fenotípica: no sufren tanto la sequía y se mantienen más constantes ante los cambios del entorno, pero su recuperación ante los cambios estacionales es más lenta. Por otro lado, las especies esclerófilas, como el matorral, aunque sufren más la sequía debido a su alta plasticidad fenotípica, también se recuperan más rápido con las primeras lluvias. Además, los matorrales colonizan rápidamente un terreno tras un incendio o una sequía. «Esto es lo que nos hace pronosticar, junto a otros estudios, que en una situación de cambio climático las especies de bosque mediterráneo van a ir disminuyendo, y se van a favorecer las especies de matorral, como las jaras», concluye Villar.