El aumento de las temperaturas por el calentamiento global está aumentando las solicitudes de asilo en Europa. Un estudio muestra además que el cambio climático hará que los números de asilados no dejen de subir a lo largo del siglo. Aunque las cifras de los que piden asilo son una pequeña parte del flujo migratorio, muestran como el fenómeno de los refugiados climáticos será un multiplicador de amenazas.
Dos investigadores europeos de la Universidad de Columbia (Nueva York, EE UU) han estudiado las conexiones de factores climáticos con el número de personas que solicitan asilo en la Unión Europea (UE). Hasta ahora, científicos y organizaciones como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) habían alertado de la conexión entre calentamiento y migración. Pero el asilado no huye simplemente del calor, escapa del conflicto, de la revuelta o la guerra. Mostrar una conexión entre asilados y cambio climático es conectar calentamiento con guerras y conflictos.
«La temperatura óptima ronda los 20º», dice el investigador de la Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales de Columbia, el alemán Wolfram Schlenker. Cuanto más cerca de esos grados, menor número de solicitudes de asilo. El valor se refiere a la temperatura media en los meses de cultivo de la cosecha y no es caprichoso. Viene marcado por el promedio ideal para el cultivo y maduración de los principales granos del planeta, maíz, trigo o arroz. Los tres son cultivos que medran en los meses de más luz solar y calor. Los investigadores se basaron en las fluctuaciones que afectaron al maíz.
Sin embargo, aquellos años en los que la temperatura media más se alejaba de esos 20º, el número de solicitantes de asilo aumentó. La conexión entre asilados y temperatura se refuerza al comprobar una asimetría entre los países normalmente fríos y los normalmente cálidos. Las regiones de clima cálido aumentaban las cifras de asilados durante las olas de calor en mayor proporción que las regiones más templadas. Mientras las primeras ya están al borde del estrés climático, a las segundas casi les viene bien algo más de calor.
Pase lo que pase con las emisiones de CO2, el número de personas que buscarán refugio en Europa no dejará de aumentar. Pero, si se limita el aumento de la temperatura a no más de 1,8º, el incremento será de algo menos de un tercio, es decir, alrededor de 100.000 solicitudes de asilo extra al año. En cambio, si se cumplen los peores pronósticos, las peticiones de asilo subirán podrían subir un 188%, es decir unas 660.000 más. Eso significa que, para final de siglo, más de un millón de personas dejarán sus países buscando asilo en Europa.