Optar por vasos de plástico en lugar de vidrio se ha vuelto común en el mundo entero, y en casi todos los casos, la excusa utilizada para su uso es el ahorro de agua, pero esto no es tal como lo pintan.
Para elaborar un vaso de plástico se consume aproximadamente unos 500 ml de agua, mientras que si lavamos un vaso convencional en el fregadero, utilizaremos apenas 400 ml, y si usamos un lavavajillas el agua usada se reduce a apenas a 100 ml por vaso.
Por lo cual usar un vaso desechable para ahorrar agua es exactamente lo contrario.
Además de otras consideraciones como que el plástico no es un material renovable, ni tan fácilmente reciclable y la mayor parte de las veces termina en cualquier parte menos en la planta de reciclaje.
Claro que producir vasos de vidrio también cuesta agua, pero se calcula que en la vida media de un vaso de vidrio se utiliza unas 5000 veces, por lo que el agua usada en su fabricación se vuelve un valor marginal.