El gobierno alemán ha presentado recientemente un proyecto de ley que restringe el uso de pesticidas en zonas protegidas y alrededor de los cursos de agua.
A su vez, Alemania ha aprobado ya la salida del glifosato (herbicida artificial desarrollado para la eliminación de hierbas, plantas y árboles, que ha sido clasificado como cancerígeno) para finales de 2023.
La determinación ha sido encabezada por Svenja Schulze, ministra de Medio Ambiente, que cita: “La muerte de los insectos debe detenerse de inmediato y en interés de todos”.
Como era de esperar, la industria agrícola no está muy a favor de la ley en desarrollo ya que afirman que, al menos un 7% de sus cultivos se verán amenazados por las medidas que contiene. Por su parte, las principales asociaciones ecologistas del país aplauden la resolución.