El estrés puede provocar un amplio abanico de dolencias físicas y psíquicas, desde dolores musculares, cansancio, problemas gastrointestinales, cardiacos, dermatológicos, sexuales…
El desorden constituye una fuente importante de estrés. Obstaculiza el equilibrio emocional y psicológico, y es un desencadenante de otras situaciones que también generan estrés por sí mismas.
Mantener el orden, la armonía en los espacios, incluso en los colores, y la comodidad en el hogar son antídotos eficaces frente al estrés. En cambio, estas son las consecuencias negativas de vivir en una desorganización continua.
La desorganización es una fuente de agotamiento de energía de la que no solemos percatarnos. El desorden implica un cansancio extra cuando llegue el final del día, ya que el cerebro permanecerá en un estado de incertidumbre todo el tiempo. Por eso, es recomendable mantener el hogar limpio y ordenado para que todo fluya.
El caos de tu hogar te obligará a invertir un tiempo precioso buscando aquello que deseas localizar. Además, hará que emplees más recursos en tareas que podrían estar fácilmente bajo control con un sistema organizado, y te quitará tiempo y energías para destinar a otras ocupaciones, como el cuidado de la familia, el tiempo de ocio, el deporte…
Vivir en un caos constante provoca un sentimiento de culpa creciente, que a la larga puede causar un daño emocional. Cuanto más prolonguemos la situación de desorden, más nos costará organizar el entorno, y más culpabilidad sentiremos al no poder mantener nuestras cosas bajo control.
Los objetos que poseemos y nos rodean, y con los que nos relacionamos, configuran nuestra realidad diaria. La sensación de no tener el manejo de estos elementos puede llegar a ser también una fuente de preocupación, y derivar en estrés.
El desorden retrasa tareas y las obstaculiza. Emplear un tiempo a organizar tu hogar y convertirlo en un entorno agradable es una buena inversión, dado que reducirá el tiempo diario que luego necesitarás para desenvolverte en tu entorno desorganizado.
Aplicando un sistema sencillo de organización, y dando forma a un hogar armónico, podrás aliviar gran parte del malestar emocional, e incluso acabar con algunas dolencias físicas. Además, mejorarás tu estado de ánimo, subirá tu autoestima, y dispondrás de tiempo extra para dedicar a las tareas que tú elijas.