Por Isa Campillos.- El punto de no retorno en la toma de consciencia, es inevitable.
Es como cuando un volcán entra en erupción, no se puede frenar.
Si ya te has «dado cuenta», si has descubierto la «verdad oculta» ante el antifaz que no de deja ver,
Si ya te has quitado el disfraz que no te hace ser,
Si ya has desmenuzado el conflicto.
Ya no hay retorno a lo previo.
No puedes hacer «como si nada», cuando entiendes el proceso, la configuración de tus sucesos.
Seguir adelante entendiendo que tu mentalidad ha cambiado, pero que estaba predispuesta a cambiar mucho antes.
Y si estaba predispuesta, es por algo.
Si estaba predispuesta, quizás es porque no acepta lo que hay.
Una cosa es no aceptar el presente, y otra muy diferente estar abierto a cambiarlo según lo que consideras importante para ti.
El tiempo es lo de menos, el tiempo no existe cuando sabes que estás haciendo lo que para ti es esencial.
Lo esencial… lo que sabes que lo vas a hacer porque te sale.
Te sale, emana de ti.
Nace de ti.
Cuando ya no aceptas las creencias de antes, no forman parte de ti.
Nada quizás sea semejante a lo anterior.
La configuración de antes no funciona, porque nuevos mecanismos han empezado a operar en ti.
Toma de poder, empoderamiento.
Ahora, la maestría en la vida es otra cosa.
Es saber equilibrar, saber maniobrar ante los sucesos inesperados. Saber decidir cuando es difícil, en mitad de encrucijadas, y dilemas que sólo son «mente».
La mente es tan poderosa, pero si escuchas al corazón tendrás todas las respuestas.
Sabrás que la espiritualidad no es una moda, que viene de la mano de auto indagación y conocimiento de uno.
Qué está bien vivir pero también hay que saber que vive dentro de uno, conocer los «fuertes» y los «débiles» que nos integran.
Conocer esa energía de acción y esa energía pasiva de rendición.
Ying y yang, dos caras de la misma moneda.
Cada persona, trae los fuertes y débiles necesarios para saber decidir para su bien.
Y la mayoría de veces, solo hay que aceptar, que el volcán que erupcionó ya no puede frenarse.
Aceptarlo es un paso adelante, es saber que no hay retorno.
Hay un paso que se ha dado, un salto, un cambio de paradigma.
Aceptar eso, es entender que hoy por hoy, la lección que va apareciendo, debe ser comprendida e integrada.
Para seguir erupcionando…
Evolucionando… Atravesando quistes generacionales.
Heridas en el inconsciente, en estado latente y activas.
Todo se sana, con voluntad. Apertura al cambio, honestidad y coraje.