Por Aroma a mora.- Hoy hace ocho años nos preparábamos para el esperado –a veces temido– portal del 21 de diciembre de 2012, ¿recuerdas qué estabas haciendo?, yo participaba en un círculo de mujeres, y uno de sus pilares era el trabajo con la niña interior; allí surgió la inspiración para este ejercicio que hoy quiero compartirte, esperando que tal vez te ayude a cerrar este 2020, tan desafiador y lleno de aprendizajes.
La dinámica es muy simple, te sugiero que invites amorosamente a tu mente a que esté abierta y leas todo el ejercicio, luego usa lo que te guste, como te guste, modifica lo que quieras, lo más importante es que te regales un momento para conectar contigo, en un espacio calmo,que te facilite soltarte; tu intuición te guiará.
Para comenzar, partamos de que el tiempo no es lineal, es una certeza que tú y yo hemos sentido en lo profundo de nuestros seres, pero, como occidentales que somos, lo olvidamos constantemente; por eso, te propongo la siguiente imagen:
Respira profundamente y visualiza una telaraña, tú eres la araña, sacas de tu abdomen un hilo dorado con el que vas tejiendo la red, cuando terminas te quedas en el centro de la telaraña, esperando a que una señal (la vibración en uno de los hilos), te indique dónde está tu presa, y hacia dónde debes dirigirte para obtener el fruto de tu trabajo.
Ahora, permítete pensar que el tiempo es ésa telaraña, el hilo son todos y cada uno de tus pensamientos, los cuales han ido configurándose en torno tuyo, magnetizando tu campo de energía; por eso, en un sentido, todo está sucediendo de manera simultánea, TODO, todas las experiencias que has tenido, que tendrás y hasta las que NO tendrás, están ahí, son diferentes puntos en la red, tú eres responsable de que lleguen o no a manifestarse…
Contemplar esto puede ser un poco complejo,pero para eso está tu cuerpo, que te ayuda a procesar toda la energía e información con que entras en contacto, ¿de qué manera?, a través de los sentidos, de la sensación de lo que te gusta y lo que te disgusta, aquello con lo que vibras, entonces, volviendo a la analogía de la telaraña, ahora mismo estás en el centro de la red, en todas las direcciones hay posibilidades, todas son válidas,¿cómo escoger hacia dónde dirigirse?
Ya lo has hecho innúmeras veces, de hecho, sin darte cuenta lo estás haciendo en este preciso instante, bendice la oportunidad de ser consciente de ello y toma otra respiración profunda:
Recuerda cuando eras niña, adolescente, obsérvate con atención… hubo momentos difíciles, esa niña, esa joven que alguna vez fuiste, requirió de mucho valor para sortearlos, siente una inmensa gratitud, amor y admiración, porque gracias a ese valor eres lo que eres ahora. Rodea a tu niña con mucho amor, envíale oleadas de una energía cálida, de color rosa o de cualquier otro color que prefieras.
Cuando sientas que has interiorizado a tu niña, conserva esa alegre ligereza en tu corazón y disponte a continuar:
Ahora, imagina la versión más plena de ti, esa que actúa desde el corazón, sin temer el juicio ajeno o la incertidumbre del futuro, visualiza todos los detalles que se te ocurran: espacio que habitas, relaciones que sostienes, tus hábitos, tu ropa y tu día a día, disfruta de la sensación expansiva que ella te trae, ¡¡ÉSA ES LA PRESA!!, ¡¡Y ERES TÚ MISMA!!!, en algún punto del espacio/tiempo, universo/multiverso, telaraña, ELLA EXISTE Y ES UNA REALIDAD (no lo decimos los hippies, lo dice la física cuántica). Contacta con ella, pídele que te guíe para llegar donde ella está, esa guía es la vibración en el hilo de la telaraña.
Tal vez te cueste creerlo, pero eres mucho más hermosa y poderosa de lo que alcanzas a imaginarte, ERES DIVINA, es a esa versión plena de ti misma a quien debes orar, es quien te está guiando, así como tú guiaste (inconscientemente) a tu niña interior hacia tu versión actual.
Del otro lado de los retos y enseñanzas a que nos ha convidado el 2020 estás tú, más consciente, amorosa y centrada, siente regocijo, ¡¡NUNCA ESTÁS SOLA!!, confía en que estás siendo guiada hacia esa versión tuya, que te está enviando oleadas de energía, orgullosa de ti, de la fortaleza que has tenido al procesar este presente… cuando lo haces te permites brillar y tu luz ayuda disipar las sombras e ilusiones que ya no necesitamos como humanidad. Tus hermanas y hermanos te lo agradecemos. ¡¡Mucha fuerza, foco y fe!!