La ciencia ha conseguido demostrar e incluso cuantificar que el estrés puede provocar que envejezcamos prematuramente.
Un grupo de investigadores de la Escuela de Medicina de Yale (New Haven, Connecticut) ha investigado el impacto del estrés en la aceleración del envejecimiento biológico en las personas sanas de entre 18 y 50 años. Los autores encontraron que el estrés acumulativo se relacionaba con un envejecimiento biológico acelerado.
Por el contrario, también concluyeron que la regulación emocional y el autocontrol son capaces de reducir el efecto que este estrés tiene en la aceleración del envejecimiento cronológico.