Las microondas calientan la comida a través de una radiación electromagnética que hace vibrar las moléculas del agua, generando una fricción molecular que calienta la comida y cambia su estructura. Los alimentos pueden perder hasta el 97% de sus antioxidantes o el 40% de la vitamina B12 al ser calentados en el microondas.
Por lo tanto, se recomienda priorizar la comida cruda y fresca en lugar de los alimentos procesados. Un microondas en funcionamiento puede exponer a una radiación de 400 miliGauss y calentar plásticos en él puede transferir sustancias tóxicas a los alimentos.
Sin embargo, la sociedad ha rechazado casos y estudios como el de Norma Levitt y el del Dr. Hans Hertel debido a los intereses de grandes empresas que se benefician de la venta de alimentos procesados.
Se debe tener en cuenta que la comida que se consume afecta directamente a la salud.