Home » Artículos » El miedo

El miedo

Por Mario Ángel Rossa.- Algo que es muy propio del ser humano, y que conviene tocar en estas reflexiones es el “miedo”, porque siempre está amenazando corroer nuestra esencia. En inglés se denomina “FEAR”. False Expectation Abaut Reality: Falsa Expectativa Acerca de la Realidad. Y en castellano MIEDO: Mecanismo Intelectual Erróneo Desesperante y Obstaculizador. Un pensador oriental lo define como “condensación de energías inexistentes…”. No se trata entonces de esquivarlo, esconderlo, o pretender vencerlo, incentivando el “coraje” o actitudes temerarias, sino de entenderlo. Es una realidad subjetiva, y lo “real” es la aprensión que alguien siente, una sensación de “vacío” frente a lo desconocido por no “hacer pié”, una “emoción” como reacción instintiva frente a una causa inesperada, que provoca recelo, vacilación e incertidumbre, y que cuando tiene un motivo “real”, puede llegar salvar la vida, o por lo menos prevenir de un accidente en un futuro desconocido.

Se debe distinguir entre actuar con precaución y actuar con miedo, porque esa causa, en aquella situación de miedo, sólo existe en la imaginación de un individuo, en cuanto que es una “posibilidad” de que ocurra. Entonces el miedo es una reacción emocional a una “ilusión”, que cuando es descubierta como tal ya no produce el consecuente miedo, o la parálisis en el caso extremo del terror. Este elemento que es, además, una “herramienta” de autoconocimiento y superación, y que convive escondido en el interior de la mayoría de las personas, pero que también a menudo afecta a las “masas” o a sociedades enteras, está fuera del tiempo, porque no actúa en el pasado, ni en el presente ni en el futuro que todavía no existe. Es un “futurible” que no se supera con puro conocimiento sino con sabiduría, la sabiduría de saber quién sos, cuál es tu potencial y tu capacidad de enfrentar lo inesperado, pues la ignorancia de tu valía, y más aún la escasez de experiencias que reafirmen tu autoestima, son ataduras difícilmente superables. Sólo hay que atreverse a mirarlo hasta que se esfume por ridículo. Por eso es que un filósofo no tiene miedo a nada; y si tiene miedo, no es filósofo… o no está actuando como tal.

El miedo, que es un mecanismo aprendido, siempre tiene como objeto a lo desconocido, pero el sabio, aunque no tenga el “conocimiento” de lo que va a ocurrir, “sabe” que lo que suceda será para bien, porque es parte de la vida y por ello tiene “sentido”. Como contracara, a un soldado se le enseña a no tener miedo, pero aquí no hay “sabiduría” sino un entrenamiento robótico, ya que un robot no tiene miedos.
Sublimando esta idea con un esquema “religioso”, podemos intuir que Dios no tiene miedo de crear al ser humano y darle libertad, no tanto por “conocer” el final de la película, sino porque “sabe” el poder de la energía de la vida que lo hará llegar a buen puerto tarde o temprano. Y Él no tiene apuro porque está fuera del tiempo…

También te puede interesar

Los asombrosos sentidos de las plantas

¿Alguna vez te has preguntado sobre el mundo secreto de las plantas que habitan en ...

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *