El milagro de existir

Por Isabel María Campillos Pérez.- Entiendo que la vida es una ceremonia,
Que no hace falta echarse colonia para vivirla como quieres sentirla.
Comprendo que todo obra para que seas tú mejor manifestación posible de todos los tiempos.
Acepto que cada suceso vivido ha potenciado mi latido.
No me resigno a nada, no rechazo nada, no me obsesiono con nada.
Abrazo cada circunstancia por muy rancia que está sea, le pregunto que viene a enseñarme está vez.
¿Para qué apareces en mi vida?
¿Qué es lo que esperas de mi?
¿Para qué a mi exactamente?
¿Qué es lo que puedo aportar?
La vida es dinamia.
Es una ceremonia en la que va cambiando la música sin que tú lo esperes.
Tú no sabes cual va a salir la próxima vez, pero has de estar atento para cambiar el ritmo de tus pasos.
Cuando eres capaz de sincronizarte con la música, de sintonizar con lo que está pasando, entonces… empiezas a vivir.
A vivir en el bendito ahora del que tantos hablan.
A vivir en presencia con lo que hay, pero sin resignarse.
A vivir con actitud.
Pues no es lo mismo bailar de capa caída que con el sentimiento que aflora en ti.
Y es que cuento te permites sentir puedes revivir de nuevo.
Te sentirás viv@, y estarás preparad@ para cuando cambie la canción de tu vida.
Estarás activ@, empoderad@.
No anhelarás el cambio, sino que te fundirás en ti mism@.
Y solamente así puedes interpretar el suceso, el significado único que tiene para ti en este momento.
Pero si te dejas vencer no podrás crecer.
Sí dejas de bailar la música porque esta no te gusta acabarás muert@ en vida.
Y no has venido a este mundo para eso.
Ríe y llora cuando lo necesites y baila lo que te pida el cuerpo.
Se coherente con lo que sientes y todo irá bien, degustarás los mejores manjares posibles.
Te deleitarás con todos los sabores distintos que no conocías, aprenderás a mover tus pies de manera diferente.
Podrás reaprender, no desde lo que ya has vivido, sino desde una nueva experiencia cada vez.
Desde una nueva versión de ti, una versión estéril.
Sin lesiones, sin traumas, sin anclajes de ninguna clase.
Pese a todo…
Es un milagro estar aquí.