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El poder de la gratitud

mindalia-gratitudPor Álvaro Banderas.- La gratitud es uno de los ejes de una vida plena y feliz. Curiosamente, lo que nos llevará a estar más satisfechos no es el deseo de aquello que no tenemos sino nuestra capacidad para apreciar todo lo que ya tenemos y lo que la vida nos ofrece cada día de manera gratuita. Así que, de nosotros depende y está mucho más cerca de lo que creemos pues lo podemos conseguir aquí y ahora. Practicando la gratitud, además, aportaremos más valor a nuestra vida y a las de los demás.

“La gratitud no es solo la más grande de las virtudes sino que engendra todas las demás”. Marco Tulio Cicerón

En un mundo en el que nos hemos acostumbrado a culpar a los demás de todos nuestros males, es más necesario que nunca tomar las riendas de nuestra vida y alejarse del victimismo generalizado. Solemos culpar a los políticos, a nuestro jefe, a nuestros compañeros de trabajo, a nuestros padres, a nuestras ex parejas (a veces incluso a la pareja actual), a nuestros hijos, a la sociedad, etc. Y no nos damos cuenta de que echarle la culpa a otros supone transferirle todo el poder sobre nuestra vida a esas personas o entidades. La tentación es muy grande porque nos exime de toda responsabilidad pero al mismo tiempo es muy dañino porque significa aceptar que nosotros no tenemos ninguna influencia en el devenir de nuestro destino. Nos convertimos automáticamente en meros actores secundarios de nuestras propias vidas y le otorgamos el papel principal a otros. ¿Tiene algún sentido eso?

Es por ello que practicando la gratitud somos nosotros los que tomamos las riendas de nuestra propia felicidad y bienestar. Nosotros no podemos cambiar la actitud de los políticos o de nuestro jefe pero sí que está en nuestra mano irnos cada noche a dormir con una sonrisa de oreja a oreja y con la sensación de que nuestra vida es un regalo. Y eso no quiere decir que cerremos los ojos a lo negativo o que tengamos que ser conformistas con las situaciones que no son de nuestro agrado, significa que debemos prestar más atención y poner el foco en aquellas cosas maravillosas que a lo largo del día nos ocurren. Las personas más felices son las más agradecidas, y no porque la felicidad genere gratitud sino que es la GRATITUD la que genera FELICIDAD. Por consiguiente, dado que nosotros sí podemos elegir ser agradecidos, la felicidad, en consecuencia, es una elección.

Para practicar la gratitud de manera consciente, uno de los más sencillos a la vez que efectivos ejercicios que conozco, consta de los siguientes pasos:

1) Cada noche, antes de ir a dormir, apuntar en un diario al menos 5 cosas del día por las que nos sentimos agradecidos. Estos agradecimientos son muy personales y pueden ser cualquier cosa que se nos ocurra. Algunos ejemplos serían: la sonrisa que me ha dedicado una persona por la calle, el libro que me ha prestado mi compañera de trabajo, la llamada o correo electrónico tan entrañable que he recibido, la comida tan deliciosa de la que he disfrutado, el maravilloso atardecer que he tenido la suerte de presenciar, la refrescante ducha que me he dado al terminar de hacer deporte, el rato que he compartido con mi pareja, amigos o familia, la fortuna de haber vivido un día más con salud, etc.

2) Cada mañana, una vez despierto y consciente, leer los agradecimientos de la noche anterior para recordarnos a nosotros mismos lo afortunados que somos. De esta forma afrontaremos el día con mucha más ilusión y sabedores de que la vida es un regalo. Ello nos ayudará a ver con más claridad los “pequeños” grandes placeres que nos encontramos a cada paso que damos en nuestro día a día. Y nos posibilitará también estar más atento a los detalles de grandeza de las personas con las que nos relacionamos.

Cuando tratamos de descubrir lo mejor que hay en los demás, descubrimos lo mejor de nosotros mismos”. William Arthur Ward

El hecho de escribirlo reforzará el sentimiento y lo hará más real pues, al igual que ocurre con las grandes ideas, si las pensamos pero no las escribimos en un papel, terminarán por desvanecerse en nuestra mente. El objetivo es que pasadas unas pocas semanas ya se haya convertirlo en un hábito que nos lleve a introducir en nuestra agenda personal una sección fija dedicada a la gratitud.

Interioricemos que hoy no es un día como otro cualquiera, HOY es un regalo que nos ha sido concedido y así cada día de nuestra vida en el que tengamos la fortuna de abrir los ojos, de salir de la cama (no todo el mundo tiene la suerte de dormir en una cama), de pegarnos una ducha (mil millones de personas en el mundo carecen de acceso frecuente al agua limpia), de desayunar (no todo el mundo tiene la suerte de poder echarse algo a la boca cada vez que tiene hambre), etc. Cada día es irrepetible y nuestra respuesta no debe ser otra que el agradecimiento y el saber apreciar y saborear cada segundo. No esperemos a un cumpleaños, a un ascenso en el trabajo, a una boda, o a la navidad, ¡celebremos la vida todos los días!

Cada noche, cuando voy a dormir, muero. Y a la siguiente mañana, cuando me levanto, vuelvo a nacer”. Mahatma Gandhi

Un abrazo,

Álvaro Banderas.

P.D.: ¡Gracias por haber leído este artículo! Espero sinceramente que te sea de utilidad.

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